Un Estado Ausente en el Hospital Erill

Son habituales las gacetillas de prensa emitidas por la Municipalidad que informan sobre la compra de equipos, siempre de «última tecnología», para el Hospital Provincial Erill. Sin embargo, abundan las quejas de los pacientes  por falta de insumos, de turnos y de camas. «Los médicos y enfermeros hacen lo que pueden, pero todo lo demás es un caos», asegura un  hombre que debió someterse a una operación y que «tuvo la fortuna» de hacérsela en un hospital público de la zona Norte. Los testimonios de satisfacción y agradecimiento hacia «nuestro querido hospital», parecen ir en declive.

Un vecino de Belén de Escobar, que ayudó a un allegado suyo que necesitaba ser operado de urgencia, relata a continuación algunos pormenores de lo que vivió recientemente en el Hospital Erill, al que califica como «totalmente colapsado»:

Deseo desde estas líneas relatar la experiencia vivida acompañando a un allegado a la guardia del Hospital Erill.

Para no extenderme demasiado obviaré relatar la odisea del proceso de admisión y las consecutivas trabas y dificultades que anteponen tanto empleadas como médicos a los efectos de disuadir el intento de atención.
Ni bien se ingresa al nosocomio se pueden leer carteles que advierten la carencia de tomógrafo, radilogía y médicos clínicos. A lo que mas tarde se agregaron los aparatos de laparoscopía.
La carencia de personal médico de las distintas especialidades es notoria y permanentemente manifestada por las administrativas.
He debido presenciar escenas de mucha violencia entre quienes reclaman urgente atención para un familiar accidentado y empleadas totalmente desbordadas por la impotencia que, presumo, les genera no dar respuestas inmediatas.
El estado de abandono de los baños del público es indescriptible y he decidido, por razones de buen husto, autocensurar fotografías de los mismos a las 18 hs del Jueves 22 del corriente.
He debido presenciar que a pacientes accidentados con fracturas aparentes se los enviara por sus propios medios a Matheu a efectuarse placas y volver con las mismas a los consultorios de la guardia. Claramente mas de la mitad de estos pacientes no volvió.
Para finalizar esta descripción debo destacar el mal estado estructural que denota una falta de mantenimiento general de lo edilicio.
Hasta aquí mi relato objetivo de lo vivido. Creo que ponerme a sermonear respecto de las causales que condujeron a este desastre sanitario, criticar directivos, buscar responsables  o pretender enunciar lo que se debería haber realizado y no se hizo solo contribuiría a colocarme de un lado de la tan mentada grieta que seguramente no me interesa ni me representa.

Mi intención con esta carta es simplemente describir la situación por la que atraviesa un hospital público totalmente colapsado con un personal médico u administrativo que intenta, con su mejor voluntad, hacer lo que pueden con los escasos recursos que disponen.