Ingeniero Maschwitz: «Desearía pertenecer al municipio de Tigre»

Mis abuelos, cuenta Walter tras leer anteayer en Periódico El Cazador la nota titulada Ingeniero Maschwitz: Nueva Capital Mundial de la Amistad, casi fundaron este querido pueblo en los años 30, al igual que Dique Luján. «Cuánta historia», afirma con esa pasión que despierta la patria chica, con una historia en cada rincón. Y el amor por este lugar se siente en el aire, en cada árbol y en cada piedra que ha sido testigo del paso del tiempo. Ingeniero Maschwitz no es solo un punto en el mapa; es el hogar donde el corazón encuentra su verdadero latido.

Para algunos lectores que habitan Maschwitz desde hace décadas, «su esencia se ha desvirtuado» y extrañan «cómo era antes». Un vecino manifestó que preferiría que la localidad dependiera del Partido de Tigre.

Ernesto: soy nacido y vivo desde hace 77 años en Maschwitz. Qué cosa hermosa que sea la capital de la amistad. Maschwitz siempre fue hermoso, no lo cambio por nada y eso que me fui varias veces.

Elisabet: vecinos de toda una vida. 60 años que vivo en mi Maschwitz querido, extraño como era antes de la llegada de los countrys, hoy es una locura caminar por nuestras calles, se extraña ver como cambió, la gente ya no se conoce, siempre caras nuevas y arrogantes. Se extrañan los vecinos Cachito Ceba, Sanza, Ortiz, Rusky, Rizzo (mi tio) y tantos otros.

Carlos: vivo desde 1977 y comencé a venir desde 1956. Vi los cambios de Maschwitz, todos para peor, vivo a 100 mts de Tigre (la bota) y desearía pertenecer al municipio de Tigre, mi barrio está en franco abandono, con ir y mirar te convencerás. Volver a Tigre es mi ilusión pero no largarán la tierra desde el arroyo Garín a la calle Belgrano y de la Panamericana a las vías del ferrocarril.

Betty: hace 25 años vivo en Ingeniero Maschwitz. Amo este lugar, mi lugar.

Leo: hace 32 años vivo en Maschwitz y extraño como era antes, perdió el encanto con tanto egocéntrico dando vueltas.

Machi: hace 50 años que vivo en Maschwitz y su esencia se ha desvirtuado con tanta arrogancia instalada en barrios cerrados. Una pena.