¿Qué sucede con la durabilidad de las obras?
«Atención a los padres que mandan a sus chicos a esta canchita de básquet costeando las vías en Amancay» (ver fotografía), advertía días atrás una vecina de Maquinista Savio. «La estructura está desoldada y atada con alambre en cuatro lados, es un gran peligro si se llega a desplomar para los chicos y cualquiera que ande por ahí.»
Aunque posteriormente se aclaró que estos arcos fueron «debidamente retirados debido a su deterioro», llamó la atención que varias personas coincidieran en que se encontraban en un parque construido como resultado del Presupuesto Participativo de 2021, apenas tres años atrás. La pregunta que surge es inevitable: ¿Qué sucede en el Partido de Escobar con la durabilidad de las obras?
Repavimentaciones que al poco tiempo se transforman en paisajes de cráteres; pasos peatonales cuya pintura se desvanece como un suspiro; rebacheos que no sobreviven más que unas estaciones. La lista de ejemplos es interminable y preocupante.
Tal vez, los representantes de la oposición en el Concejo Deliberante deberían comenzar a indagar este asunto, que se ha convertido en una situación verdaderamente inverosímil y desconcertante.
La durabilidad de las obras es directamente proporcional a la mediocridad de los trabajos contratados por un intendente narcisista que malgasta los fondos del erario llenando a Escobar con su imagen -cual si de un adonis se tratara- y que, además, responde al liderazgo de una condenada por ladrona y por corrupta. «Dime con quien andas y te diré quien eres» reza el viejo dicho que tanto solía citar mi abuela.