Un ángel que trabaja en Prevención Comunitaria

Esta mañana salí como todos los días a las 6:30 para ir a trabajar.
Escuché que mi auto hacía un ruido y estuve tentada a subir la radio e ignorarlo, pero paré y miré; será una rama que se enganchó abajo, pensé, pero no, la rueda delantera estaba re-pinchada. ¡Otro detalle para mi semana complicada! Llamé al auxilio y no respondían.
Qué momento para descubrir que el seguro no responde y cobra durante años un montón de dinero por nada.
El tiempo pasaba y no venía el auxilio.
De pronto llega la policía, unos vecinos llamaron al 911. Yo estaba ocupada reclamando el auxilio mientras los agentes querían «mis datitos». ¡Sin comentarios!
De pronto llegó un señor de la seguridad comunitaria. Agradezco a los vecinos que estuvieron llamando. Supongo que es raro ver a una señora con su auto parado. Creo que los que pasaban y alertaron, podrían haberme ofrecido una mano, como se hacía antiguamente…
Pero volvamos al señor que llegó, lo cierto es que le pedí ayuda y estacionó su auto, y bajo la lluvia con amabilidad, cuidado y destreza me cambió la rueda.
Confirmé mi sospecha, ¡existen los ángeles! No tienen alitas y túnica blanca pero sí tienen un corazón dispuesto a ayudar al otro, a mojarse, ensuciarse…cuando quise darle dinero, no lo aceptó. Insistí, le sugerí un café y reiteró su negativa.

Mi ángel se llama Walter Fagnano.

Margot (Barrio El Cazador)