Tiempos de epidemia y de ajustes

El coronavirus cambió la vida del mundo entero y entre ese universo también la de nuestro país. Las medidas de protección, en forma oportuna, incluyen un confinamiento obligatorio a la vez relacionado con la salud, el comportamiento social y la economía.

Todos somos protagonistas del cambio y el gobierno nacional estableció y establecerá diversas medidas de ayuda a la población en general destinadas a aliviar los perjuicios colaterales de la pandemia. Congelamiento de tarifas, postergación de vencimientos, premios y bonificaciones para las personas involucradas y más expuestas al contagio. Todo lo posible dentro de las posibilidades de ayuda en manos del Estado, pero hay efectos difíciles de neutralizar porque se hallan insertas en la situación particular de cada uno de nosotros. Edad, trabajo, movilidad, familia, ingresos atrasados o congelados, vencimientos de obligaciones difíciles de cumplir se hacen evidentes en el día a día de cada uno de nosotros.

En general, las provincias y los municipios reaccionaron acompañando en forma oportuna a la Nación en este contexto de emergencia, pero todavía hay mucho por hacer. En el caso particular de nuestro Partido, que no ha sido ajeno a importantes medidas de prevención, falta todavía de su parte la contención económica para los que vivimos de un ingreso comercial difícil de conservar, de un salario difícil de cobrar o de una jubilación recortada. Las tasas y contribuciones fueron aumentadas en un discutible cincuenta por ciento adelantado respecto de una eventual inflación anual -producto de otro contexto- sus vencimientos no han sido modificados ni sus montos han sido retrotraídos al último mes del año pasado según el rumbo fijado para el resto del país.

Si vale el ejemplo, en mi caso particular, como lo he dicho por otros medios, se me hace muy difícil afrontar esta situación ya que mi edad me pone en situación de riesgo y evito todo lo posible salir de mi domicilio. La subsistencia de mi familia depende del manejo de mis ingresos y el plástico o la relación bancaria no siempre pueden ser reemplazados por los medios electrónicos. Ergo, como dice nuestro presidente, entre la salud y la economía se debe optar por la salud y, en mi caso, debo agregar la subsistencia de todos los días.

El 13 de abril próximo vence la tasa de Servicios Generales y no hay prórroga declarada por el Municipio. Lamentablemente yo no podré cumplimentar en fecha este cargo como lo he hecho siempre, ya que, primero, debo cubrir la salud y la alimentación diaria de mi familia. Debo aclarar que mi decisión no es dejar de pagar, sino postergar el pago para cuando mis ingresos lo permitan.

Pido disculpas a mis estimados vecinos por este atraso y, considerando que somos muchos los que nos hayamos expuestos a esta misma situación, lamento la insensibilidad o el olvido de los encargados de resolver tan graves contingencias que, según estimaciones oficiales, apenas han comenzado.

Julio J. A. Comas