Robos en El Cazador

Con poco menos de una semana de diferencia, los vecinos de Kennedy y Tiziano, vivimos dos episodios de inseguridad con una modalidad no habitual en nuestro barrio: ROBO AGRAVADO POR EL USO DE ARMA DE FUEGO.

En ambos casos las víctimas fueron mujeres indefensas sorprendidas, presuntamente, por el mismo delincuente que habría exhibido el mismo modus operandi.

En ambos casos, también, se requirió auxilio policial y en ambos casos ese “auxilio” demoró más de lo que razonablemente se puede demorar en responder a una emergencia: cerca de 20 minutos en el primer caso y 40 minutos en el segundo.

La famosa alarma vecinal, tan promocionada por la UGC3 como solución a la inseguridad que padecemos (respecto de la cual el gobierno municipal tiene su buena cuota de responsabilidad) resultó menos útil que una bocina de avión ya que cuando la segunda de las victimas trató de activarla se encontró con que la misma no funcionaba.

A la preocupación que todo esto provocó en los vecinos, se suman el enojo y la indignación que generó la poco feliz afirmación del mandamás de la UGC3, Marcos Tiburzzi al expresar, con una total falta de empatía hacia la víctima (y vaya uno a saber si hablando desde su “analfabetismo legal”, o por boca de ganso o respondiendo a una bajada de línea), «Lo de ayer fue un hurto, alrededor de las 14 hs pasó uno corriendo, la persona que le robaron estaba sentada con el celular en sus manos y se lo arrebató» cuando, de acuerdo a lo relatado por las dos víctimas, es de libros que el hecho de marras se trató de un ROBO agravado por el uso de un ARMA DE FUEGO con la que se ejerció la violencia y/o la intimidación necesarias para tener por configurado un ROBO y no un HURTO como él dice tratando de minimizar lo sucedido.

Así las cosas, el 30 de enero en horas de la tarde un grupo de vecinos autoconvocados se constituyó frente al Destacamento Policial buscando explicaciones. Y lo cierto es que el esfuerzo hecho por el personal policial para calmar las aguas terminó generando más preocupación que tranquilidad. En efecto, durante la reunión una vecina hizo notar que, sin poner en tela de juicio la idoneidad profesional del personal policial -tema que no estuvo ni está en discusión- el mismo adolece de un desconocimiento de la zona, de sus vecinos y de su gente de avería debido al corto tiempo que hace están en funciones en el Destacamento por lo que solicitó se considere volver a trasladar a El Cazador al Capitán Luis Kaczan que sí tiene esos conocimientos producto de su larga trayectoria en nuestro barrio.

Lo cierto es que personal policial que carece de los medios necesarios para acudir en tiempo oportuno a los llamados de emergencia y que no está familiarizado con la “fauna” del barrio, sumado a una municipalidad que solo se preocupa por recaudar y a un delegado municipal que, carente de empatía, minimiza los ilícitos sufridos por los cazadorenses y no se ocupa de mantener en correcto estado de funcionamiento las alarmas vecinales que el mismo municipio instala con nuestro dinero, constituyen junto a las “placitas inclusivas” que fomentan el acceso al barrio de gente ajena al mismo, un caldo de cultivo para nuestra inseguridad.

Como decía el Gral. Juan Domingo Perón, mejor que decir es hacer y mejor que prometer es realizar.

Por eso hoy exigimos hechos, no palabras.

Dr. Marcelo L. Soto