Rige un código de protección de usuarios y consumidores. Entregan un inmueble a un «Centro de Cooperativas». Duras críticas.

El código fue presentado por el Departamento Ejecutivo que, según sus promotores, «permitirá intensificar políticas de educación e información al consumidor, resolver conflictos y sancionar abusos en el partido». La presidente del Concejo Deliberante, María Laura Guazzaroni, manifestó que «en principio, lo que hace es ordenar jurídicamente todas las normas que rigen o tutelan los derechos de los consumidores y los usuarios. Clarifica el procedimiento y eso permite que la población gane derechos cuando ocurre alguna situación de conflicto por una relación de consumo que esté contra la normativa”.

Tras la aprobación del código, tres importantes referentes de la oposición (María Gabriela Hernández, Concejal, Proyecto Escobar; Ciro Andrés Patiño Smokvina, dirigente de Republicanos Unidos de Escobar, y Adrián Lobato, dirigente de la  Coalición Cívica ARI de Escobar), enunciaron los motivos por los cuales rechazan en forma categórica un proyecto al que califican de  «inconstitucional e ilegal» y que no persigue los fines que declara, «sino que busca ser una herramienta más para justificar desmedidos gastos por parte del Intendente, (promueve) convenios poco claros con universidades y organizaciones no gubernamentales de dudosa solvencia; (y constituye) una herramienta de amedrentamiento con fines recaudatorios y de adoctrinamiento».

  • Porque aumenta el tamaño y el gasto del Estado Municipal, creando nuevos cuerpos de inspectores para “vigilar y controlar” a los comercios y proveedores de servicios. En un distrito donde muchas de las escuelas se caen a pedazos, donde no hay agua corriente ni cloacas en su mayor parte, donde las calles se cubren con una capa asfáltica poco perdurable y carecen de cordón y veredas, donde no existen estímulos a la radicación de empresas e industrias ni incentivos a la contratación de mano obra, donde hay tantas y tantas carencias en todos los órdenes, el Intendente pretende utilizar fondos del erario público para crear cuerpos de inspectores y estructuras municipales (más empleados públicos) para atender a una función que bien pueda realizar sin ese Código y sin tanto gasto y parafernalia; ¿o no es que la OMIC resuelve exitosamente el 75% de las controversias entre consumidores y usuarios?
  • Porque es un proyecto oficialista hecho para plasmar la ideología de un sector, sin la participación de la ciudadanía, de las cámaras de comercio y servicios ni de los representantes de la oposición; sin la participación de ese 60% que no votó al gobierno municipal en la última elección.
  • Porque se involucra en los procesos de formación de precios y de mercado, aumentando la distorsión económica producto del intervencionismo del Estado Municipal.
  • Porque es una herramienta que, so pretexto de “defender y proteger” a consumidores y usuarios, busca ejercer más y más presión sobre los ya golpeados comerciantes que soportan las secuelas de la pandemia, la grave situación económica del país y la altísima presión fiscal a que los somete este municipio.
  • Porque posibilita la persecución y el amedrentamiento de comerciantes y proveedores a través de organismos municipales, constituyéndose en un brazo recaudador más de la Municipalidad por medio de la facultad de imponer multas, clausurar, fijar indemnizaciones e intervenir en las ventas en cuotas y a crédito.
  • Porque este Proyecto de Código violenta descaradamente los derechos de propiedad, de libertad de comerciar y el sistema republicano que instaura la Constitución Nacional y la Constitución Provincial. Desoye la división de poderes violando los arts. 75 inc. 12 y 109 de la Constitución Nacional.
  • Porque la ordenanza faculta al Intendente a “usar” las partidas presupuestarias que estime necesarias, es decir, el dinero del Municipio que no es otra caso que el conformado por las tasas y contribuciones de los vecinos, para implementar ese Código, abstrayendo del Concejo Deliberante la obligación de éste de velar por el correcto uso del dinero y recursos públicos.
  • Porque la técnica legislativa utilizada en su redacción es pésima (art. 78 LOM); y no casualmente. El Proyecto de Código, declama principios y contiene alguna que otra norma más como la facultad de resolver sobre el daño directo del consumidor/usuario y “resolver” casos de sobrendeudamiento, delegando en el Intendente la facultad de “dictar los actos reglamentarios” que considere necesarios para implementarlos; es decir, le da herramientas desmedidas al Intendente para decidir cómo y por dónde amedrentar y acorralar a los comerciantes y proveedores bajo el sutil pretexto de defender a los consumidores.
  • Porque sabe bien el Intendente que propone este proyecto y sus aclamadores en el HCD que este Código se volverá rápidamente en contra de los vecinos de Escobar. ¿Quién vendrá a proveer de bienes y servicios a nuestro distrito si puede ser así hostigado? El que lo haga ¿no trasladará a precios esos eventuales sobrecostos? Los pequeños y medianos comerciantes locales, ¿no sentirán que su negocio es manejado desde el Municipio? ¿Quién venderá a crédito si sabe que el Intendente vendrá luego a refinanciar a su antojo la deuda del consumidor/usuario poco precavido causando así un daño a la rentabilidad del comercio? No nos engañen más!
  • Porque aumenta ilegal e inconstitucionalmente las facultades del Intendente -a través de su Secretaría Contravencional- erigiendo así al Ejecutivo Municipal en “juez y parte” en las relaciones de consumo.
  • Porque el partido oficialista a nivel Nacional, Provincial y Municipal, pretende introducir a través de esta iniciativa, y de aquellos municipios gobernados por su color político, mecanismos, como éste, que trasuntan una marcada ideología popular que desprecia abiertamente los derecho de trabajar y ejercer toda industria lícita; de usar y disponer de la propiedad; de asociarse con fines útiles y de comerciar garantizados por el art. 14 de la Constitución Nacional a todos los habitantes de la Nación; bajo el pretexto de amparar y proteger a los consumidores ante las “corporaciones”, “el patriarcado” y esos “ogros” que los quieren esquilmar; fantasmas que sólo ve (o hace como que ve) el oficialismo y trata de convencer a los más vulnerables, en su necesidad,  de verlos. Si, van por todo!
  • Porque el Proyecto de Código olvida que la Municipalidad es prestadora de servicios y como tal incumple descaradamente con las normas de defensa del consumidor, en particular, con la que la obliga a un trato digno e igualatorio y oportuno a los vecinos. Sin embargo, el Proyecto de Código en cuestión se olvida de esto.
  • Porque no obliga a la Municipalidad a encarar campañas de educación para el consumo y especialmente para el consumo sustentable, sino que se limita a señalar que “podrá” hacerlo.
  • Porque omite regular sobre denuncias maliciosas y revisión de las decisiones administrativas ante la Justicia.
  • Porque es una herramienta más para incentivar y profundizar la grieta en nuestra sociedad; grieta de la que se nutren y sobre la que fundan una narrativa sólo declamatoria y carente de reales soluciones para el vecino.