Radiaciones de la tierra

Por Pedro Luis Santroni*

No se ven pero se sienten y es conveniente que la gente sepa de su existencia para prevenir consecuencias de su negativa influencia, afirma Pablo Frolich, un geobiólogo alemán que vivía la mitad del año en su país y el resto en la Argentina. Todos los cuerpos emiten vibraciones, desde las más altas frecuencias hasta las más bajas,  por lo tanto, la tierra también. La radiestesis es la disciplina encargada de verificar si estas radiaciones son positivas o negativas.

Desde hace 4.000 años aproximadamente los chinos exigían la consulta de un radiestesista para ubicar el lugar de energía positiva antes de construir su vivienda, para evitar los lugares habitados por los “monstruos de las profundidades”. Los geofísicos saben que aquellos «monstruos» no eran otra cosa que vetas de agua subterráneas que generan radiaciones nocivas para el ser humano.

Los lugares de mayor intensidad negativa se producen donde se cruzan dos corrientes de agua subterránea; estos están localizados por ejemplo en rutas, donde hay lugares críticos en los que se repiten los accidentes sin explicación aparente; en clínicas donde los enfermos son cambiados de piso o habitación por razones de estudios, análisis o espacio físico,  y a raíz de este cambio, si estaban en estado grave, mejoran o viceversa.

También existen edificios que los geobiólogos denominan «cancerígenos»» en los que se producen hechos de violencia, enfermedades terminales o suicidios con gran frecuencia, que los lugareños bautizan como «casas embrujadas».

Este tipo de radiación, junto a la fuerza de gravedad y las ondas mentales que intervienen en la telepatía, no es posible de detectar por instrumentos, porque sus átomos carecen de masa física, pero ésta se encuentra allí y es comprobable a través de sus efectos. Sí la detectan los radiestesistas por medio del péndulo y la horqueta rabdomántica, y a su vez las clasifican.

En relación con estas radiaciones estoy llevando adelante una investigación respecto de los frecuentes accidentes que ocurren en la Ruta Panamericana a la altura del country Aranjuez, donde en un tramo recto, amplio y con buena visibilidad ocurren los más variados accidentes con una frecuencia anormal, los cuales no tienen una explicación lógica todavía.

Posiblemente la investigación esté centrada en lo que ocurre en la mente del conductor cuando al pasar por ese lugar se encuentre con algún pico máximo en la intensidad de esta radiación distorsionante y le provoque algún tipo de alteración mental. He abordado el tema de las radiaciones negativas porque son las más impactantes y peligrosas, las que debemos de alguna manera evitar, pero están las radiaciones positivas y considero que para eso estamos en un lugar privilegiado, puesto que en la zona de El Cazador se encuentra un gran campo de energía positiva, detectada por muchos entendidos sobre este tema. Pero esto ya merece un capítulo aparte que pronto desarrollaremos.

* El autor integró la organización AICE (Aficionados a la Investigación Científica de Escobar).