Puerto regasificador de Escobar: «Podríamos ser aniquilados»

Un lector nos ha hecho llegar una nota que aborda el peligro que representa el Puerto Regasificador ubicado en Escobar. Parte de la sociedad escobarense viene expresando desde hace largo tiempo su preocupación por los tremendos efectos que podrían ocurrir en caso de un accidente en ese lugar. Este lector, en particular, compara un posible siniestro con los eventos ocurridos en Hiroshima y Nagasaki en 1945, que marcaron el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Hace 54 años, un accidente industrial sacudió Belén de Escobar, destrozando ventanas y cegando la vida de cuatro operarios cuando una pequeña caldera explotó, destruyendo una fábrica.

Desde hace 13 años, existe la posibilidad de que un suceso catastrófico se replique, pero a una escala multiplicada, si ocurriera un accidente en el Puerto Regasificador de Escobar. No solo temblaríamos; podríamos ser aniquilados como en Hiroshima o Nagasaki en 1945, o convertirnos en una ciudad fantasma como Pripyat, Ucrania, tras el desastre de Chernobyl en 1986.

Este panorama es reflejo de la perversidad de un desgobierno nacional y su entonces corrupto Ministerio de Planificación Federal, una gobernación provincial funcional y una gestión municipal servil con su Concejo Deliberante actuando como una escribanía fraudulenta, minimizando la ilegalidad y la irracionalidad, y exponiendo a los escobarenses a un posible desastre de lesa humanidad.

Los puntos claves de la ilegalidad del Puerto Regasificador, que figuran en la causa judicial, incluyen el incumplimiento de la Normativa Internacional de Seguridad SEVESO. Este tipo de instalaciones debería estar:

  • Solo en altamar.
  • Alejado de centros urbanos.
  • Utilizando buques autosuficientes.
  • No remolcados por terceros en vías navegables internas reducidas, como los metaneros.
  • Preparado para una zarpada de emergencia.

Si la explosión de un tubo de GNC vehicular hizo estallar un automóvil recientemente, generando temblores y temor en una región urbana de baja densidad, no quiero ni imaginar lo que podría ser la explosión de un buque metanero y su correspondiente buque regasificador en la Hidrovía del Paraná de las Palmas. Esto, en pleno proceso operativo y con sus contenidos de GNL (licuado) y GNV (vaporizado), respectivamente, podría causar una catástrofe, sumado al gasoducto troncal cercano al barrio El Cazador.

Este potencial desastre no es solo una preocupación local, sino un problema de seguridad que exige una respuesta inmediata y contundente.