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Dimitri, el alfajor escobarense que nació para representar la ciudad

La ciudad de la flor tiene un nuevo ícono. O al menos puede tenerlo, porque el sueño guardado de muchos años de un arquitecto empezó a tomar forma. Se trata de Dimitri, el alfajor escobarense, que, con sabor artesanal, mucho trabajo y empeño, busca asentarse en la zona y también hacerse fuerte, con su nombre e historia, en otros territorios.

Incluso, este alfajor ya llegó a Estados Unidos: hay gente que por pedido saboreó el producto en Brooklyn, Manhattan, Philadelphia y Miami. “No exportamos, no es la idea”, explica Jorge Colzani, quien busca primero que el proyecto afinque en el pago chico.

Jorge es un arquitecto que se desempeñó gran parte de su vida en la fábrica de alfajores Havanna, con base en Mar del Plata. Varias fueron sus funciones allí y también sus logros, aunque a veces los laureles los llevara otro. Eso sí, nada relacionado con lo gastronómico. Lo suyo estaba ligado a su carrera.

“Trabajé allí hasta que se vendió al Grupo Exxel. Me quedé con la idea de ver el esfuerzo, el trabajo… Siempre me gustó la gastronomía, mientras tanto armé una marca, hice lo legal, todo lo relacionado con lo alimenticio, hasta que arranqué. Tuve la colaboración directa de la familia. No buscamos ser iguales, pero sí similares, no se pueden comparar 75 años de historia de Havanna con una empresa que recién empieza”, explicó Jorge Colzani.

El alfajor escobarense se vende en dos estaciones Shell de Escobar, pronto estará también en Garín y en un local exclusivo que se está preparando en Las Lomas 718. Cuenta con tres tipos de alfajores: maicena con dulce de leche, chocolate con dulce de leche y membrillo con frutos del bosque bañado en chocolate. “Las masas son del mismo color, no tienen conservantes, tiene un vencimiento de 60 días. Todo es artesanal, nunca tuvimos problemas de ningún tiempo. También tenemos nutricionales de coco, frola, bombones…”, cuenta con orgullo su creador.

De niño sus padres tenían una casa de fines de semana en Garín. Y también visitaban la histórica Hostería El Cazador. Ya de adulto quiso volver y compró un lote en Escobar. Luego otro. “Y me fui arraigando”, contó el escobarense por adopción.

Con su alfajor, estuvo presente en la Expo Escobar, en la Fiesta de la Flor, en la Rural (este año estará nuevamente) y en la Feria Mundial del Alfajor durante tres años. “Ganamos el premio de la maicena, también soy integrante la Cámara Argentina del Alfajor, creada en Mar del Plata. Todo ese es un aval a nuestro trabajo”, añadió.