La veterinaria isleña

Leila Peluso López (27) egresó hace cuatro años como veterinaria y desde entonces ejerce su profesión en las islas del Delta, donde vive.  Inicialmente, para visitar a sus clientes, se movilizaba en lancha colectivo hasta que decidió comprar un pequeño gomón. Sin embargo, las dificultades que debía enfrentar sobre todo en invierno, el frío intenso acompañado muchas veces con lluvia, «se hacía sentir, se sufría». Fue entonces que decidió cumplir su más  anhelado sueño: adquirir una lancha tracker cabinada. Así nació su consultorio como veterinaria flotante móvil desde donde atiende a clientes diseminados en una amplia  región del Delta:  desde Tigre hasta Martín García.

No es la única veterinaria flotante, tiene otros colegas con quienes «por suerte tenemos buena relación y trabajamos en equipo, cada una se especializa en un área» destaca Leila. Sin embargo, enfatiza con orgullo, «la lancha veterinaria flotante sí es la primera en la isla». Una precursora en tiempos de grandes cambios.

Con respecto a las mayores dificultades que debió afrontar en el ejercicio de su profesión, Leila responde convencida: «Ahora van a disminuir, era muy sacrificado atender con el gomón, muchas veces tuve problemas técnicos, distancias largas que no podía cubrir, y obviamente las adversidades meteorológicas».

Pese a aquellas dificultades, la joven veterinaria siempre se sintió  muy bien en un ambiente que conoce desde la infancia. Su familia se dedica  a la náutica y ella, desde pequeña, visita el Delta, su paraíso. «Siempre me relacioné con la gente de acá, con vecinos», para ella los isleños son «muy amables, muy agradecidos, realmente me siento bendecida, recibo mucho amor de ellos, mensajes de aliento continuamente. Siempre me esperan con el mate y alguna comida casera, me hacen muy feliz».

Un agradecimiento muy especial dedica Leila a su padre, quien «me ayudó a gestionar la elección y a comprar el tracker», pero hubo muchos otros que colaboraron para que su sueño se hiciera realidad: “El astillero Baader por generar el tracker que necesitaba, las chicas de turismo de Tigre, que me ayudaron a gestionar el trámite con Prefectura ya que en época de pandemia no están matriculando y, obviamente, a todos mis clientes que confían en mi y por eso me animo a seguir avanzando y apostando por ellos».

“A pesar del duro momento en el que vivimos por la pandemia, yo pude realizar muchos sueños, vivir en la isla, tener tiempo de armarme un gallinero, poder concretar la compra del tracker. Sé que no es la situación de muchos, pero siempre digo, hay que intentar ser pacientes y sacar lo mejor de cada uno, aprovechar este tiempo en casa para hacer lo que siempre se deja de lado, cumplir sueños o sentarse a pensar cómo cumplirlos, y concretarlos ya es un avance. ¡Muchas gracias a todos por la atención! ¡Los veo en el río!» concluyó la joven isleña.