La Secretaria de Seguridad se reunió con vecinos de El Cazador

El pasado lunes 10, se llevó  a cabo un encuentro vía Zoom entre más de 80 vecinos y autoridades municipales, entre ellos la Secretaria de Seguridad, Graciela Cunial. La reunión virtual tuvo lugar un día después del “bocinazo” que convocó a varias decenas de automovilistas que hicieron sonar sus bocinas mientras circulaban por las calles de El Cazador, en demanda de mayor seguridad.

Sobre la reunión del lunes, nos informa la vecina Myriam Laudonio:

La pandemia ha traído algunas cosas positivas. Anoche participé de la reunión convocada por el Delegado Sr. Tiburzi, en respuesta a la caravana del día domingo por la inseguridad. Estaban presentes la Sra. Graciela Cunial (a cargo de la Seguridad del Municipio), Sandra Candiatro y Laura  Guazzaroni (Legal y Técnica), ambas funcionarias del Gobierno Municipal.

La reunión contó con la participación de más de 80 vecinos y gratamente se despejaron mis dudas iniciales acerca de cómo podría llevarse con orden y respeto. Realmente fue muy bien dirigida y cada uno pudo exponer sus opiniones y reclamos. Hubo una exposición de los funcionarios,  luego hablaron los vecinos y en el cierre se resumieron los pedidos y reclamos. Si tengo que calificar la reunión diría que fue CIVILIZADA, lo que no es poco en estos tiempos de grieta. Salvo alguna intervención, la mayoría fue con sumo respeto desde y hacia las autoridades.

Si bien hubo vecinos que no manifestaron necesidades ni se sentían alarmados para abordar el tema de la seguridad por los escasos ilícitos denunciados últimamente, escuché de la titular de Seguridad, palabras que muchas veces los ciudadanos esperamos: el reconocimiento de los reclamos. Al respecto dijo: “Hasta al robo de una garrafa debemos prestarle atención». En síntesis promovió no minimizar nada, incluso el más simple de los hurtos.

Los reclamos fueron varios. Los míos apuntaron al funcionamiento de las cámaras de seguridad instaladas y no conectadas a la central de monitoreo y la provisión de elementos necesarios para el destacamento, entre ellos la reparación de los patrulleros que se hallan en muy malas condiciones. Y por supuesto un pedido antiguo y sistemático: la reconstrucción de las arterias principales de El Cazador. También reclamos de seguridad en los fondos y en la zona oeste del barrio, lindante al frigorífico.

Se habló del tema ocupaciones ilegales y la falta de recolección de ramas que provoca mayor inseguridad porque los montículos pueden servir para ocultarse.

Hubo algunos reclamos por la falta de respuesta del patrullero ante llamadas de emergencia o su llegada tarde, aunque en general se habló  de forma positiva sobre el accionar del destacamento. Para algunos el problema de la inseguridad radica en la justicia que libera rápidamente a los delincuentes aprehendidos.

Ojalá sean cumplidos los pedidos, que en mi opinión requieren de una firme decisión política.

Repito lo expresado al principio: la pandemia trajo algunas cosas positivas, como esta reunión, donde los vecinos juntos y ordenadamente pudimos estar cara a cara con los funcionarios haciendo pedidos y reclamos.

Otros comentarios

Tras la reunión virtual y el recuerdo aun fresco del «bocinazo» del fin de semana anterior, numerosos vecinos -entre ellos varios participantes del encuentro con las autoridades municipales-  volcaron sus testimonios y opiniones en diversas redes sociales. Una vecina expresó que «es bueno que nos cuidemos entre todos tal como nos vienen pidiendo, pero no olvidemos que la seguridad es responsabilidad del Estado: para eso pagamos tasas municipales altísimas». Otro vecino reclamó que «si alguien sufre un hecho de inseguridad, por favor denúncielo, porque sino acá no  pasó nada». Con respecto al patrullaje las opiniones fueron encontradas: «Por mi casa pasa el patrullero muy seguido porque vivo cerca de un funcionario» destacó una mujer, que fue respaldada y sutilmente criticada por otra: «Por la mia pasa todas las noches, varias veces, pese a que vivo muy lejos de la casa de ese funcionario». En el «fondo del barrio», en cambio, un hombre expresó que «recién desde el día del bocinazo, el patrullero pasa a cada rato y hace sonar la sirena». A un vecino de la calle Irupé le sorprendió la angustia de quienes viven en Tintoretto en el límite con el descampado. «Se ve gente extraña, nunca vista» observó alguien. No muy lejos de ese lugar, en el barrio El Matadero hay una «toma» de terrenos que, según las autoridades, no pueden desalojar debido a la pandemia. Otro vecino recordó haber llamado hace unos meses a la policía «que nunca llegó porque era un efectivo nuevo, no conocía el barrio y algunas arterias nuevas no aparecen en el GPS». «Yo llamé dos veces a la policía al ver autos desconocidos estacionados en mi cuadra, y  siempre vinieron» enfatizó otro. Una persona sugirió construir un cerco olímpico en el límite de El Cazador, iniciativa que fue rechazada por ilegal. También surgió una pregunta sobre Luis, un efectivo destinado en el Destacamento desde hace décadas: «Hace tiempo que no lo veo, él sí conoce bien al barrio y a su gente».
«Había gente que decía que estaba todo esplendido», «Noté que muchos le tiraban flores a Tiburzi» y «La reunión fue un mundo color de rosas» expusieron tres vecinas que consideraron que el encuentro «se había politizado debido a la presencia de los hiperoficialistas».
En las últimas horas se profundizó el debate sobre el uso sistemático de la sirena de los patrulleros, una táctica poco usual hasta antes del día del «bocinazo». Varios vecinos se manifestaron en favor, pero muchos otros consideran que «es una manera de alertar al delincuente», también hubo quejas por «no dejar dormir» o despertar a una criatura con problemas de salud. Una vecina de la calle Arizaga protestó porque «entre las luces que tienen las camionetas y las sirenas, falta que avisen el recorrido de antemano y listo!». Otra, le puso una dosis de humor: «Cuando pasa la camioneta de la policía se ilumina todo el living…parece un boliche bailable».