Insólita selección de beneficiarios y falta de control en reparto de bolsones con alimentos

«El Estado presente», es la consigna permanente del oficialismo, y para demostrar que hace honor al citado lema la Municipalidad dona bolsones de comida a gente carenciada. «Los  módulos alimentarios son provistos por el Municipio con fondos propios, lo componen 11 productos», aseguran desde la comuna.

Quién puede oponerse a una política solidaria y necesaria para vastos sectores  de nuestra comunidad.  Sin embargo, el mecanismo de selección de beneficiarios es realmente sorprendente. Cuenta un vecino: «Vinieron a mi casa de la Municipalidad para preguntarme si tenía trabajo, cómo estaba económicamente y si quería una ayuda. Les respondí que estaba sin empleo, haciendo changas con mi auto. Luego preguntaron por mi familia: mi padre está jubilado, les respondí. Así, me anotaron en una lista y me dijeron que pase todos los meses por la UGC a buscar un bolsón de comida». No se preguntó ni investigó más. La palabra del vecino fue suficiente.

Los bolsones traían habitualmente 12 productos, aunque en los últimos meses comenzó a descender esa cantidad, según afirma un beneficiario del plan. La última vez sólo había siete. Para indagar el motivo, el vecino se acercó  a  la UGC. «En (la secretaría municipal de) Acción Social nos dan  esto, nosotros en ningún momento abrimos la bolsa», fue la respuesta que obtuvo en la dependencia municipal. Ante la consulta de nuestro periódico, un funcionario aseguró que «puede ser que en algunas oportunidades exista un faltante de algún producto, ya que los proveedores a veces tienen dificultades para conseguir. Pero es algo esporádico. Suele pasar con el aceite y la harina nada más. No tenemos faltante en lo que va de agosto».

Otro aspecto asombroso es el envase que contiene los alimentos. Se trata de una enorme bolsa de plástico (tipo consorcio), atada a mano (ver fotografía), de manera que cualquiera y en cualquier momento de su distribución puede abrirlo y extraer o reemplazar productos. «En ningún momento nos informan qué debería contener el bolsón, qué productos y marcas, solo firmamos una planilla de recepción», indica un vecino beneficiario entrevistado por Periódico El Cazador. «A veces algunos productos suelen estar abiertos, tal vez suceda durante el envío».

Un «Estado Presente» con la alimentación, aunque ausente en el control y poco serio en la selección de beneficiarios de un plan que financia la comunidad con sus recursos.