Escuelas de Escobar sin clases por problemas de infraestructura

Mientras la Municipalidad anuncia permanentes obras de mejora en los establecimientos educativos del distrito, la realidad expone un panorama que dista mucho de ser ideal: el constante y fuerte deterioro en la infraestructura obliga a la suspensión de clases. En esta época del año, si no es una fuga de gas, el problema es la falta de calefacción.

En un mensaje dirigido a los padres, la Escuela N° 13 de Ingeniero Maschwitz informó horas atrás que «con motivo de la falta de red de gas para calefacción y teniendo en cuenta las bajas temperaturas anunciadas durante la semana del 30 de mayo al 3 de junio, y sin respuesta de las autoridades de una pronta solución a la problemática», la institución  reducirá el horario de presencialidad y permanencia en la institución para reguardar la salud del personal y los estudiantes. Por lo tanto, los niños tendrán apenas 2 horas y 20 minutos de clases. «Se evaluará en el transcurso de la semana las temperaturas diarias para la toma de decisiones de las próximas semanas», concluye el comunicado.
Un panorama similar se produce en otras instituciones, como en la Escuela Nº24 del barrio Cabot y la Escuela N° 15 de Belén de Escobar donde se rompió una caldera  y durante la semana el turno mañana ingresará recién a las 10 horas por las bajas temperatutas pronosticadas.
«Seguimos sin priorizar la educación de los niños», es la opinión  casi unánime de los padres.  A todo esto, los Padres Organizados de Escobar consultaron hace ya un mes a funcionarios públicos si habían «convocado a los gasistas con miras al otoño e invierno». El Consejo Escolar estaba «al tanto de la situación de la Escuela N° 15, pero las soluciones no llegaron», sostiene una integrante de Padres Organizados. «Por lo que yo entiendo es un tema burocrático, más allá de la voluntad del Consejo Escolar. Pero claramente no hay una reacción rápida cada vez que comienza el invierno. Las directoras son las primeras que tienen que informar, y después se activa un proceso de pedido, de devolución, de papelerío, bien burocrático, mientras los chicos se mueren de frío o directamente se suspenden las clases». Otra  madre considera que no hay voluntad de mejorar esta penosa situación: «No la hay, hay una burocracia instalada desde hace muchos años, si hubiera interés lo resolverían mediante decretos o resoluciones ágiles y efectivas, como hicieron durante la pandemia, cuando compraron insumos sin pasar por licitación porque urgían esas compras, ¡esto también urge!».