Escuela, estudio y empleo en la coyuntura actual
Por D. Luzuriaga, docente domiciliado en Escobar
La discutida suspensión del ciclo lectivo por decreto del Poder Ejecutivo en todos los niveles y a lo ancho del país durante 2020 y gran parte del actual 2021 ha puesto de manera inédita a la Educación en primerísimo plano de nuestra realidad nacional. La concurrencia diaria a clases por parte de infantes y jóvenes se revela como actividad central que señala el compás a las demás rutinas cotidianas –familiares, laborales- en el seno de una comunidad. Este hábito vital y ordenador que la escuela establece se ha visto bruscamente interrumpido en muchos países a causa de la emergencia sanitaria Covid-19, tal como es de conocimiento público; aunque posiblemente sea en la República Argentina donde la actividad escolar se haya visto mermada del modo más drástico.
Las graves secuelas consistentes en déficits de socialización, integración y aprendizaje de nuestros estudiantes, sumadas a la tragedia que significa la deserción de cerca de un millón de alumnos que abandonaron, acaso para siempre, el sistema escolar argentino –el cual ya arrastraba de por sí una situación crítica- significarán un pesado lastre para nuestra sociedad en los lustros venideros. Expertos educativos auguran un panorama sombrío. Con intención de contribuir a paliar los numerosos efectos negativos que se vaticinan, este docente desea someter al análisis de los lectores del Periódico El Cazador y otros ciudadanos una síntesis de iniciativas e ideas prácticas que nos permitan afrontar y revertir con éxito la acuciante emergencia educativa. Propuestas concebidas para el ámbito escolar, que trascienden al mismo y donde se postula:
Designar un Ministro de Educación -y un equipo acorde- con prominentes pergaminos pedagógicos, fruto de su experiencia, trayectoria y formación académica; requisitos indispensables que no siempre han sido la norma en tiempos recientes.
Excluir de modo expreso en el ámbito escolar todo adoctrinamiento ideológico o sesgo político partidario por parte de docentes y directivos. Sancionar a aquellos funcionarios o educadores que pretendan hacer proselitismo sectorial en el contexto de la escuela. Abandonar la perimida práctica de imponer a las escuelas nombres de próceres o de funcionarios –vivos o fallecidos- a los nuevos colegios, bibliotecas o institutos oficiales; en la certeza de que ningún dirigente o ser humano suele estar más allá de controversias y que la imposición del nombre de cierto referente conlleva a menudo la negación o supresión de otro contemporáneo. Para denominar nuevas escuelas se privilegiará el uso de términos alusivos al conocimiento (Escuela Eureka), o topónimos y nombres de especies vivientes (Instituto Siete Colores, Colegio Aguará Guazú, a modo de ejemplos.)
Reglamentar por medio del Congreso Nacional el derecho a declarar huelgas en los sindicatos docentes, colocando la prioridad sobre el derecho estudiantil de aprender y como modo de contener crónicos abusos gremiales. En la convicción de que cada hora de cátedra perdida representa un perjuicio y un trastorno a la sociedad entera en términos materiales y humanos, el cual sobrepasa al eventual beneficio sectorial que se invoca.
Elaborar y confeccionar desde el Ministerio de Educación nacional, programas académicos y curriculares detallados, claramente articulados y merecedores de tal nombre. Establecer y configurar contenidos concretos y específicos para cada asignatura y curso; programas y temarios puntuales que increíblemente no parecen existir en las páginas ministeriales hoy en día, sino apenas esbozados en forma de generalidades y abstracciones.
Reducir añejas pompas y efemérides. Celebrar las fechas patrias sin mayor ceremonia ni trajinados discursos sino realizando en cambio mejoras, mantenimiento o arreglos en la escuela y sus inmediaciones. Impedir tales despropósitos como que dichas efemérides determinen –a menudo sucede- el propio programa de estudios, con lo cual nuestros alumnos primarios suelen estudiar –por caso- en mayo del año lectivo la Revolución en el Virreynato de 1810 y estudian hacia el mes de octubre el desembarco de Colón en América en 1492.
Para morigerar nuestra histórica tendencia al individualismo, corresponde que la escuela promueva y estimule diversa clase de proyectos donde se fomente el espíritu de equipo por parte de los estudiantes. Toca sin dudas reformular el espacio físico del aula, con la adopción de escritorios hexagonales para promover una interacción entre pares y una mejor dinámica de grupo, con asientos ergonómicos para confort del alumno y demás mobiliario adecuado a su cuerpo y edad. Impulsar la actividad musical, en banda y en coro, como medio de integración armoniosa; favorecer el genuino espíritu deportivo dando prioridad a los deportes sin roce físico y adoptar actividades no competitivas como el senderismo, el yoga, la danza y la expresión corporal. Promover la contemplación y el estudio de la naturaleza por medio de jornadas de campo con objetivos académicos.
Vincular escuela y mundo laboral, familiarizando al alumno con la realidad productiva de nuestro país, llevándole a conocer industrias, fábricas o laboratorios al menos una vez en el cuatrimestre. Informar con regularidad al alumno sobre la actualidad económica y las demandas del mercado laboral. Capacitar al alumno para redactar su currículum y conducirse adecuadamente en una entrevista de trabajo. Capacitar al estudiante en aspectos financieros básicos para mejor manejo y hábitos de su economía personal. Capacitar al alumno en su manejo de las redes sociales informáticas para evitar sobreexposiciones destructivas a corto o mediano plazo.
Promover certámenes literarios a escala provincial y nacional; fomentar el periodismo escolar de calidad.
A escala nacional, incluir la práctica habitual del ajedrez durante los recreos y en horas vacantes; actividad intelectual que mejora sustancialmente el rendimiento académico en todas las asignaturas, según amplias investigaciones internacionales. De esta forma, asociar en el alumno juego y aprendizaje como conceptos en buena medida intercambiables.
Promover en forma sostenida y por distintos medios, incluyendo la TV pública, el aprendizaje de la lingua franca de hoy: el idioma inglés.
Crear un nuevo sistema de programas académicos y de exámenes homologados para la escuela media en todo el país, tomando como referencia al GCSE británico y donde los estudiantes puedan optar en los dos penúltimos años del ciclo por un número de asignaturas según su particular vocación y escogiendo materias dentro de cinco campos distintos: idiomas, humanidades, ciencias, artes y tecnología, hasta completar un mínimo de 7 exámenes en las diferentes áreas; y donde la lengua castellana, al menos un idioma extranjero y el área de matemáticas sean requisito necesario para obtener un diploma global correspondiente al bachillerato. Ofrecer al alumno durante su año final en la escuela la chance de presentarse a examen en al menos tres asignaturas a un nivel más avanzado, ayudándole a definir su orientación una vez concluido el ciclo. Hacia finales del año lectivo, implementar todos los exámenes mencionados en escuelas medias -públicas y privadas- del país entero, en jornadas simultáneas. Poner al alcance de los estudiantes toda la información necesaria sobre dichos programas curriculares, contenidos y modelos de exámenes junto con los complementos necesarios de apoyo académico, a través de un sistema digital y por medio de bibliotecas físicas y/o virtuales.
Incluir asimismo la opción de la lengua guaraní (dos millones de hablantes estimados en nuestro país) entre las asignaturas de estudio.
Con el propósito de restituir aquel prestigio internacional pionero de la educación argentina, trazarse como objetivo mediato el llegar a exportar una versión internacional de dicho sistema de contenidos y exámenes hacia otros países de habla hispana.
Exigir por Ley que los funcionarios públicos y políticos tengan que enviar a su propia prole a escuelas del Estado y no a colegios privados, como medio práctico de asegurar la calidad en el acceso educativo y garantizar un mayor involucramiento de la dirigencia en la calidad de la enseñanza estatal, a los fines de contener y revertir el deterioro de la calidad académica y edilicia en las escuelas públicas.
Suprimir alimentos de baja calidad y poco valor nutricional en almuerzos y meriendas escolares y reemplazarlos por alimentos nutricios y saludables.
Abordar la educación reproductiva y sexual con cuidado de no saltear etapas madurativas y del modo más sobrio, respetuoso y delicado posible; por tratarse de un aspecto privado y personalísimo donde habitan diferentes enfoques dentro de cada familia.
Enfocar –sin tabúes- la prevención de las dependencias y adicciones en la escuela, dando prioridad a un abordaje desde la filosofía y la salud física y mental, teniendo presente que las conductas adictivas suelen obedecer insatisfacciones que no sólo se manifiestan a través del uso inadecuado de sustancias.
De manera temprana y continua, educar en la templanza y autocontrol de las emociones, con el propósito de que se entablen vínculos sanos entre todas las personas de la comunidad escolar, previniendo de ese modo la violencia de género y las bravuconerías, o bullying. Gabinetes psicopedagógicos proactivos y alertas velarán por desactivar conflictos y comportamientos dañinos antes de que puedan escalar o tornarse inmanejables.
Replantear el criterio y concepto de los viajes de egresados para dotarlos de un sentido educativo, de exploración de nuestro amplio territorio y como medio de vinculación entre escuelas y comunidades de diferentes provincias.
Colocar una porción sustancial de la red de radiotelefonía a cargo del Estado Nacional al servicio de la difusión de contenidos educativos, espacios de Internet para difusión de programas pedagógicos concretos: primeros auxilios; prevención de accidentes viales y domésticos; capacitación en lengua inglesa, portuguesa y otras; informática y técnica de dactilografía aplicada a la PC; huerta familiar; autoconstrucción; micro emprendimientos sustentables; cursos de oficios y de aprendizaje musical.
Convocar a un certamen nacional entre escuelas de todo el país para el diseño y fabricación de material didáctico específico (ábacos, alfabetos, mapas, regletas, modelos de órganos anatómicos…), confeccionados exclusivamente con materiales reciclados o recuperados.
Celebrar durante cada ciclo lectivo dos campañas nacionales de seguridad vial (una previa al receso de Pascua y otra antes de las vacaciones de verano); asimismo llevar a cabo durante el curso una campaña de limpieza o remediación ambiental y otra campaña de plantación de árboles autóctonos (en otoño y primavera)
Revitalizar aquella mística social de otrora en torno al hábito del Estudio. Es habitual que nuestros dirigentes zarandeen el término “educación” (algunos gustan de enfatizarlo hasta tres veces seguidas) mientras escasa referencia suelen hacer a los métodos de aprendizaje y al consiguiente hábito de estudiar. Será que por razones de demagogia temen perder simpatías si aluden a tan esforzada costumbre, camino en buena medida empinado para alcanzar cualquier capacitación y una vez recorrido, fuente de la más profunda plenitud personal; ya que ninguna realización se compara con la adquisición de un conocimiento anhelado, o de una destreza esencial, a resultas de nuestra capacidad, entrega y perseverancia, para remontar el circunstancial bochazo y –así aprendimos por medio de oportunos tropiezos – templar la voluntad y forjar nuestra resolución de aprender.
Y en último término, en consonancia con un cambio cultural que emerge impostergable, se debería permitir y alentar a estudiantes, progenitores y educadores a que entonen una versión alternativa de nuestro Himno Nacional donde cantemos “y por siempre hermanados vivir” en lugar del anacrónico, negativo y mortuorio verso con que concluye nuestra canción patria.
Recuperar así el natural entusiasmo de jóvenes e infantes por asistir a sus aulas, en donde docentes puntuales, cumplidores e idóneos les aguarden para dar ímpetu a la amena y sagrada tarea de enseñar y de aprender.
Estimado: comparto en un 99% todo su planteo. Ojalá tengamos un Ministerio de Educación a la altura.