El Cazador: una tarde histórica

La cultura, junto con el proceso de enseñanza-aprendizaje es la columna vertebral del crecimiento de un pueblo. Y al decir de Cicerón, “los pueblos que olvidan su historia, están condenados a repetir sus errores”.  He aquí un llamado a la acción, el cual parece haber sido escuchado por unos cuantos vecinos de El Cazador.

El CCC (Centro Cultural Cazador) organizó una mateada muy particular el pasado 4 de junio, invitando a los vecinos a ….¡una plaza! El motivo era la participación, al aire libre, en una jornada de “Charlas de nuestra historia”. La consigna fue: “¡Vení con tu mate y trae un amigo!”.

Como suelo encontrar amigos en cualquier parte concurrí sin ninguno y como era un invitado a “charlar” no llevé el mate. Siendo que la cita era en la Plaza la Vizcachera, me acerqué un rato antes de la hora prevista con la esperanza de encontrar algún cajón de frutas adonde pararme para propinarle algunos párrafos de nuestra historia cazadorense a unos pocos valientes vecinos que a pesar del frío vespertino se aventuraran a concurrir.

La realidad fue muy diferente. Para empezar, la comisión directiva del CCC concurrió mucho ante del evento, lo suficiente como para acondicionar asientos, una mesa para oradores a la que no le faltó un fondo y adornos propios para la ocasión. No faltó el equipo de sonido y hasta hubo un gazebo disponible para prevenir imponderables. Todo ello lo hicieron con el tiempo suficiente como para deliberar bajo un agradable sol una media hora antes del inicio del evento.

Durante el desarrollo de un par de conferencias, unos 70 vecinos escucharon una historia que ocupó unos cinco siglos, empezando con el Landsknecht Ulrico Schmidl y terminando con los relatos de tiempos recientes de la comarca. La exposición principal estuvo a cargo del Profesor Gustavo Isetta, quien con su meridional capacidad académica cautivó a los vecinos. Algo que le costó un poco caro a mi modesto entender, pues una vez terminada su exposición, no sólo debió evacuar innumerables consultas apropiadas para su área de conocimiento, sino que tuvo que salir del programa y explayarse con anécdotas que pertenecen al acervo cultural de nuestro barrio. Finalmente, la reunión que comenzó con charlas preliminares a las 15 horas, finalizó con la caída del sol. No, de ninguna manera, también me he equivocado en este punto. Cuando los vecinos se pararon y dieron media vuelta para alejarse, el Concejal y titular de la UGC 3, Marcos Tiburzi, (al acecho) esperaba al fondo con sus colaboradores en una mesa improvisada llena de plantines con los que obsequió a los presentes.

Frente a tanto entusiasmo uno se pregunta si no debiéramos pensar en la cultura como en un bien exportable, al menos a comunidades vecinas.

Edmundo Cabrera Fischer / Doctor en Medicina (UBA) /Doctor en Historia (UBA)