Einstein, la Municipalidad y la estupidez humana

Cuan acertado estuvo Albert Einstein al afirmarsólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y no estoy tan seguro de la primera«.

Comparto su pensamiento.

Si hacemos un poco de memoria, precisamente de esa que parece faltarle a muchos a la hora de elegir a quienes administran nuestros recursos, veremos que al día de hoy han transcurrido poco más de TRES MIL QUINIENTOS TRES DÍAS desde aquel fatídico 3 de enero de 2012 en que nos despertamos con la triste noticia de que la noche anterior, dos jóvenes vecinos oriundos de las localidades de Matheu y Zelaya, LEONARDO MULLER y HERNAN KIYOSHI MIURA, fallecieron al chocar contra un terraplén a escasos 600 metros de la Ruta 25 que UNA INADECUADA SEÑALIZACIÓN Y FALTA DE ILUMINACIÓN TRANSFORMARON EN UNA TRAMPA MORTAL que jamás debería haber existido si la municipalidad hubiese cumplido con una de las más importantes funciones que le competen: EL CONTRALOR DE LAS OBRAS QUE SE EJECUTAN EN SU JURISDICCION.

Y si activamos un poco más las neuronas, recordaremos también que el por entonces intendente y muchos de los burócratas y buRRócratas que lo acompañaban en el cumplimiento de su función de “administrar la cosa pública y velar por la seguridad, la vida y los bienes de los vecinos” enarbolaban la misma bandera política que las actuales autoridades que, ¡oh casualidad!, a diario nos demuestran con hechos y palabras huecas que les  importa un bledo nuestra seguridad, nuestra vida y nuestros bienes y que, imbuidos por una voracidad fiscal sin límites, ejercen el poder de la ley en beneficio de la administración municipal buscando cobrar el mayor número posible de multas, no para desalentar el incumplimiento de las ordenanzas municipales, sino para obtener fondos para ¿la municipalidad?, incurriendo así en lo que en derecho se conoce como DESVÍO DE PODER, tal como lo hace el emérito Virrey de El Cazador que no duda en multar a un vecino y paralizarle la construcción de una modesta y pequeña piscina aunque salte a la vista que se respetan las normas constructivas, retiros y reglas del buen arte y que por la envergadura de la obra, dicho vecino interpretó que no era necesario pedir “permiso” a papá Sujarchuk para ejecutarla, incurriendo con su omisión en el pecado mortal de privar al municipio  de colocar un cartelito con un número de expediente que solo servirá para incrementarle las gabelas por una obra que no excede de la minucia

SIN EMBARGO, PESE A SU POTESTAD DE PARALIZAR OBRAS QUE NO SE AJUSTEN A LA REGLAMENTACIÓN VIGENTE, EL VIRREY NO CUESTIONO EL INICIO DE LAS OBRAS EN AVDA SAN MARTÍN (¿OBRA PUBLICA O “CURRO PÚBLICO”?),  QUE ADEMÁS DE CARECER DEL CARTEL DE OBRA[1] NO REÚNE LOS DEMÁS REQUISITOS EXIGIDOS PARA SU EJECUCIÓN Y QUE HACEN A LA SEGURIDAD DE TODOS.

Como una imagen dice más que mil palabras, fotos tomadas el día en que se formalizó en el Destacamento de El Cazador una denuncia para que se investigue la presunta comisión del ilícito tipificado por el art. 248 del Código Penal[2] por parte del máximo representante del municipio en estos lares dan cuenta de la deficiente señalización aprobada por el delegado municipal que viola palmariamente la normativa que originalmente regulaba la materia y que se encuentra pormenorizadamente detallada en el MANUAL DE SEÑALIZACION TRANSITORIA de la Provincia de Buenos Aires. (Resolución Aprobatoria 1 nº 1047/200) que establece el Marco Regulatorio referente a los dispositivos de seguridad destinados a trabajos de construcción o conservación vial; Sistema de señalamiento vial uniforme y Seguridad de las obras en la vía pública y en el actualmente vigente ANEXO L del Dto. 779/95 reglamentario de la ley 24.449 (a la que adhirió la provincia por Ley 13.927).

Como el miedo no es zonzo, frente a la miríada de quejas de los vecinos y la consiguiente imposibilidad de justificar lo injustificable ante la contundencia del material fotográfico y fílmico con el que los vecinos documentaron la actuación negligente de la municipalidad,  emulando al “gato manco”[3], el 5 de agosto  (¿por orden de nuestro intendente?) el delegado municipal inundó la Av. 25 de Mayo con carteles de unos 50 cm x 60 cm (pagados obviamente con nuestro dinero) cuyo texto nos recordaba a los espejitos y cuentas de colores con que los españoles engañaban a los indígenas para despojarlos de su oro y plata tal como ahora quienes gobiernan pretendieron hacerlo con la verdad de lo ocurrido. Y como si con ello no alcanzara, milagrosamente aparecieron en la misma oportunidad en distintos tramos de la ruta los omitidos carteles de obra mencionados más arriba.

¿Harán lo mismo con las señalizaciones de tránsito que pese a hallarse un poquito más acomodadas que el fin de semana siguen sin cumplir con la normativa vigente para las horas de la noche careciendo de los colores, iluminación y retroiluminación exigida por la norma reglamentaria?

¿Tendrá que producirse una desgracia igual o peor a la relatada al inicio para que un ejército de funcionarios con el intendente a la cabeza en lugar de hacer un “mea culpa” flagelándose con el látigo de siete puntas, salgan a hacer denuncias penales y declaraciones que terminen haciéndonos recordar a aquel célebre monólogo del Maestro Tato Bores según el cual “LA CULPA SIEMPRE ES DEL OTRO” dejando a todos los vecinos pensando “QUE FLOR DE GUACHO QUE RESULTO SER EL OTRO” mientras el tiempo hace que todo pase “a la cuenta del olvido”?

Dr. Marcelo L. Soto

 

[1] En el que debe constar, como mínimo, organismo licitante; presupuesto oficial; plazo de ejecución; designación de la obra; contratista y representante técnico

[2] Artículo 248. Será reprimido con prisión de un mes a dos años e inhabilitación especial por doble tiempo, el funcionario público que dictare resoluciones u órdenes contrarias a las constituciones o leyes nacionales o provinciales o ejecutare las órdenes o resoluciones de esta clase existentes O NO EJECUTARE LAS LEYES CUYO CUMPLIMIENTO LE INCUMBIERE.

[3] Que no puede tapar sus cagadas.