Cuando todo se detiene en la calle Libertad

Todas las mañanas sucede lo mismo. Los automovilistas que se desplazan por la calle Libertad -acceso que une la Ruta 25 con la autopista Panamericana-, se encuentran con un panorama desolador a la altura de un ingreso lateral del emprendimiento urbanístico El Cantón, a unos 300 metros de la ruta 25. Un automovilista que suele pasar por el lugar, describe la situación: «Uno se acerca a la gran feria alimenticia de Escobar y todo se detiene, ¡una feria en medio de la ruta», algunos paran, compran y siguen, es un desastre, se circula a paso de hombre.  Y los inspectores de tránsito brillan por su ausencia. Algunos automovilistas se mandan de contramano por el carril contrario (ver fotografía), automáticamente se hace doble mano y los autos que vienen de frente se tienen que ir a un costado, en una zona con banquinas muy angostas, para que no se los lleven por delante. Cada uno hace lo que quiere, es joda, es tierra de nadie esa zona.  Hay gente caminando por la ruta como si fuese una calle peatonal, vendedores ambulantes,  autos mal estacionados ¡y después nos exigen en Escobar que estacionemos bien, que tengamos todo en regla!». Avanzar allí 100 metros implica una pérdida de 20 minutos. El interlocutor del periódico El Cazador comenta además otro detalle de importancia no menor: «Más allá de las necesidades de la gente que tiene un puesto en esta feria, que es respetable y comprensible, ni hablemos del control bromatológico en un lugar donde se manipula y vende alimento». Pero esa, es otra  historia.