Contrastes del paro: adhirió el intendente, no así la mayoría de los vecinos

 

La forma en que las autoridades municipales se sumaron abiertamente a la convocatoria del paro general declarado por la CGT fue mediante el cierre de las oficinas públicas, incluidas las ¡26! unidades de gestión comunitarias (UGC) distribuidas en todos los barrios y localidades del distrito.

Mientras la oposición local cuestiona la necesidad de tantas UGC, el cierre realizado por el Municipio en un día hábil sugiere implícitamente que su funcionamiento no es tan esencial como se cree.

El lema «Estado Presente» es el preferido del intendente. Hoy se demostró que si el Estado cierra sus puertas, la comunidad puede seguir respirando.

Por otra parte, el comercio funcionó casi con total normalidad. «No tenemos otra opción, nos va mal y no podemos permitirnos cerrar ni un solo día», explicó un comerciante de la calle Villanueva en Ingeniero Maschwitz. «Lo irónico es que la Municipalidad puede cerrar, mientras que nosotros debemos seguir recaudando para mantener ese Estado que hoy no está operativo».

A pesar de la huelga, como es habitual, se vieron en las avenidas y rutas del distrito vendedores ambulantes ofreciendo variedades gastronómicas a los transeúntes desde tempranas horas y en medio del frío. Tampoco ellos pudieron permitirse paralizar su labor.

Otra postal del paro fue la presencia en las calles de numerosos autos antiguos y algunos en mal estado, cuyos dueños se esforzaron por cargar algunos litros de nafta para llegar a sus lugares de trabajo.

A pesar de las dificultades, miles intentaron trabajar.

Las dependencias municipales, en cambio, cerraron sus puertas, confiando en que mañana todos aquellos que hoy trabajaron, hayan recaudado lo suficiente para seguir pagando, a partir de mañana, sus tasas para mantener ese Estado que hoy estuvo ausente.