Comercios destruidos
En el día del comerciante, el intendente Sujarchuk publicó en las redes sociales un saludo «en este difícil contexto» acompañado por elogios porque «redoblan sus esfuerzos para salir adelante» y «por reinventarse y acompañarnos en la continuidad del pago de tasas municipales con los beneficios que otorgamos, para así ayudarnos entre todos». La fotografía que acompaña su mensaje seguramente pertenece a otros tiempos, pues tanto el intendente como el comerciante al que saluda no usan barbijo ni conservan una distancia prudencial.
Sin embargo, creemos que la realidad actual no se refleja en ese mensaje y fotografía: los letreros de alquiler y venta de comercios que, pese a todo el esfuerzo de sus dueños, no pudieron resistir un cierre tan prolongado y quebraron, se observan en Escobar por doquier. ¿Cuántos empleadores y empleados quedaron sin trabajo y sin ingresos económicos? ¿Cuántos cerrarán todavía por la caída en las ventas y por la siniestra política tributaria que tiende al aniquilamiento de nuestros comercios y empresas?
El intendente no solo debería referirse a esta cruda realidad sino también contribuir a revertir la situación, mediante la eximición del pago de las tasas municipales a los contribuyentes que no hayan podido trabajar a causa de la pandemia o que se encuentran en una situación terminal. Para compensar la consecuente caída de estos ingresos, posiblemente haya muchos gastos superfluos e innecesarios de los que la Municipalidad puede prescindir.
Sería mejor modificarlo al Día de No Comerciante o del Comerciante fundido por el Peronismo, o el que ustedes se les ocurra.