Cartas de lectores

Recordatorio

Hace un año que has partido, mi querido Dani (1949-2020), fue el 27/8, un día antes de tu cumpleaños. Ese día era muy soleado, cálido y nada hacía suponer que lo peor vendría más tarde, al contrario, estabas muy bien, contento, animado, hablaste más que nunca. Ese era Dani, como te decían. Lo último fue subirnos a la camioneta, te agarré de la mano y me dijiste qué pasaba. Nada, te contesté, fue una mirada distinta, de ambos, fueron unos minutos de silencio y arrancaste hacia tu viaje. Fue quizás una despedida sin saber.
Siempre la luchaste, Dani, ¿por qué esta vez no lo hiciste?
Y esta maldita pandemia en que estábamos viviendo no permitió que tuvieras una despedida digna, aún no siendo de COVID, estás dentro de los tantos seres queridos que este maldito encierro llevó.
Pero estas lágrimas y este dolor sanarán porque has dejado un inmenso recuerdo de estos 20 y tantos años que hemos estado juntos, en buenos y malos momentos. Sé que desde el primer día que te has mudado a Escobar te has ganado el cariño de la gente, será porque eras muy extrovertido, no pasabas inadvertido y eso llevó a que muchos tengan un recuerdo de buen vecino, solidario, atento, etc.
Eras del abrazo, del apretón de manos, el de saludar aun sin conocerlo, o de llevar a algún vecino a la entrada del barrio o al centro de Escobar. Disfrutabas de un café y juntarte con tus amigos o compañeros como hacías cada mañana.
Por eso, vaya mi pequeño homenaje; no alcanzan las hojas para tantas anécdotas y vivencias. Por eso te llevaré siempre, mi querido Dani.
¡Gracias, gracias!

Beatriz

A votar

En este hermoso sábado previo al día de los ñoquis, los de pasta y de los otros, estoy tratando de reflexionar qué pasa con nuestro país desde hace décadas. Ayer por la tarde estaba regando y sobrevoló una avioneta con un mensaje contundente: «Vóteme a mí, no los voy a defraudar». Nuestra ciudad está empapelada, cuánto esfuerzo hacen los llamado políticos para mejorar nuestra calidad de vida. Recordaba con mi esposa haber renovado pasaportes hace casi 10 años y siguen bien guardados. Para nosotros, qué lejos quedaron los viajes, alguno que otro con (el   centro de jubilados) Jubelén. La actual vice «nos robó» así de simple el 82 % que fuera votado por el Congreso. Hace alrededor de 10 años de su veto, me pregunto y les pregunto, ¿para qué tenemos un Congreso si luego el presidente de turno veta lo que no es de su agrado y se maneja a su antojo con decretos de necesidad y tal vez urgencia? Llevo 10 años como jubilado, 47 años de aportes (demostrados) y sigo con la mínima. Un estudio me está representando para actualizar este «atropello» pero la causa avanza un casillero y retrocede dos. Ninguno de los políticos que nos representó en estas décadas fue capaz de solucionar los problemas básicos: transportes por tren, el Litoral (años sin funcionar el Gran Capitán), el Trasandino, que podía arrastrar infinidad de vagones empujado por dos locomotoras, evitando así los camiones que quedan varados en Uspallata durante días a veces semanas, encareciendo las mercaderías a transportar, los pueblos fueron desapareciendo como lo que pregonaba el mandatario de las famosas patillas: “Ramal que para, ramal que cierra”. Ninguno pudo resolver el tema inflación, pura saraza. Y en 15 días a votar, a llevar birome y engrudo para sellar los sobres. Tal vez podamos arrancar de una vez el país porque nosotros nos lo merecemos.

Cordialmente, Ricardo Pfeifer