Camino destruido

Esta mañana quise ver el estado del camino que bordea el río Luján, pasando por el Cube. En más de 40 años jamás lo vi en tal mal estado, solo sirve para romper autos, está destruido, es impresentable. Lo gracioso, si se quiere, es que en el extremo, antes de llegar a las «fétidas» aguas cargadas de camalotes y con falta de dragado, hay un cartel que mando junto a este mensaje. Consulté por la posibilidad de llegar a la zona arqueológica con el automóvil y la gente del lugar fue clara y contundente: «imposible». El camino en la dirección contraria, rumbo al puente de la ruta 25, está peor. Una humilde reflexión: porqué tanto maltrato a los humildes que intentan llegar a este sitio por estos  senderos para pasar un par de horas pescando y tal vez degustando alguna comida. Lo que me sorprende es que precisamente parte de esta gente es la «clientela» fiel de las autoridades que nos representan ahora y desde hace años, y que tan poco ofrecen a cambio. Cordialmente, Ricardo Pfeifer