Aislamiento social y obligatorio

Así lo viven los vecinos

El decreto presidencial de aislamiento social y obligatorio para evitar la expansión del corona virus afecta la vida habitual de todos los ciudadanos. Los vecinos de El Cazador cumplen responsable y adecuadamente la disposición de permanecer en sus hogares. Hubo algunas denuncias por incumplimiento presentadas en la  policía, pero fueron episodios aislados.

¿Cómo viven los vecinos este acontecimiento histórico? ¿Cuáles son los principales hábitos que tuvieron que alterar y la reflexión que le merece esta situación sin precedente? Una encuesta realizada por nuestro periódico revela sus preocupaciones, su “día a día” y lo que aspiran o avizoran  para el futuro.

Hugo Giordano: he suspendido toda actividad física, social y laboral fuera de mi casa. Salgo a comprar alimentos y remedios lo menos posible, lo estrictamente necesario.

Karina: no llevo a mi hijo al colegio secundario, no hay gimnasio, la facultad la hago ahora a través de clases virtuales.

Horacio: dejé de salir y ahora cuido más el parque.

Ariel (calle Verdi): he suspendido todas mis actividades, solo puedo atender algunas cosas vía Internet. Estoy encerrado en mí domicilio.

Joaquín (calle Irupé): tuve muy pocos cambios, salvo no poder estar con los nietos.

Sandra Martínez (calle Rubens): suspendí casi todas mis rutinas: compras en varios negocios, actividades recreativas en plazas y reservas, running, visitar amigos, etc.

Isabel Carozzo Brown (calle Tulipán): no hago las compras, se las pido a mis vecinos.

Martín Gaubeca (Ceibo y Violetas): salir a cenar, juntarme con amigos, saludarnos con la mano o beso.

Susana (calle Rubens): suspendí comer en restaurantes y la nueva es comer en casa.

Lucila Morroni (calle Sanzio): solía trabajar todo el día, ahora medio día, pude poner en orden toda mi casa y el jardín.

Carlos Morando (calle Santa Teresita): ¡Todo! Dejé totalmente mis actividades laborales, deportivas, sociales y familiares.

Alejandra (Av Kennedy): si, obvio, nueva rutina: salir cada dos o tres días, compartir más cosas en casa, dedicarle tiempo y obra a aquellas cosas que siempre quedaban para «después». El tema higiene ahora es fundamental, lavarse más seguido, cambiarse la ropa cuando uno llega, desinfección más seguida.

Daniel Cortese (calle Violeta): suspendí las salidas innecesarias y las caminatas. Dejé de mirar TV.

María (calle Carpintero): suspendí salir a caminar, salir a comprar con mi marido; ahora lo hace él solo por el protocolo.

Juan Carlos Leo (calle Lincoln): antes salía a caminar un par de cuadras diarias, después dejé ese hábito y hoy vivo encerrado en casa.

Alfredo: suspendimos las compras semanales y los contactos con nuestro hijo y nietos. Las nuevas rutinas son compras y pagos por vía electrónica.

Maribel (calle Quiroga): todos, desde el trabajo y estudio hasta cada una de mis actividades, mandados y deporte al aire libre hasta los largos paseos en bici o con mis perros. Ahora todo lo que puedo lo hago online.

Ricardo Pfeifer (calle Van Dyck): la paso en casa, pintando, leyendo, ordenando un poco, poca tele y sí radio, hay muchas emisoras y conductores muy competitivos.

Marcelo (calle Ceibo): he tenido que suspender principalmente mi rutina habitual laboral y de esparcimiento fuera de mi domicilio. Hoy día trabajo desde mi casa y con reuniones laborales virtuales.

Lidia Billot (calle Van Dyck): suspendí las visitas de mis hijos y mi cumpleaños, también mis sesiones de kinesiología.

E.F. (calle Santa Teresita): tuve que suspender mis reuniones de trabajo, el contacto presencial (físico) con mis amigos, clientes y familia. La forma de hacer compras, las caminatas por el barrio, los turnos médicos, ¡¡la libertad física!! (no mental).

Daniel Loizzo (Av Kennedy): dejar de salir a comprar ante la ausencia o necesidad imperiosa de alguna cosa u objeto, planificar mejor las compras, dejar de visitar amigos y asistir a reuniones, a restaurantes y de comer sushi por delivery, ya que viene crudo y no hay manera de prevenir el COVID19, dejar de ir al cine, teatro y gym.

Carlos Morroni (calle Tiziano): dejé de salir a estudiar, a trabajar, a divertirme, a saludar con el abrazo. Ahora le doy mayor atención a la limpieza de alimentos, envoltorios y limpieza en general con el uso de desinfectantes.

Nory (calle Patricias Mendocinas, Belén de Escobar): dejé el gym, dictar clases particulares y la universidad.

Joel (Pringles, Garín): suspendí las reuniones.

Katty (Los Pinos, Paraná de las Palmas): suspendí el trabajo. Rutina nueva: ver TV y cocinar más a menudo.

Daniel (calle Santa Teresita): dejé de moverme libremente (pasear a los perros). Nueva rutina: home office: trabajar telefónicamente y por Internet. Resolver temas por esa vía cuando antes lo hacía en forma personal (lo cual era más sencillo y eficaz). Agudizar la higiene de los alimentos que ingresan al hogar (repasar los envases con desinfectantes antes de guardarlos). Recordar constantemente al integrante de la familia que sale a buscar víveres las medidas de seguridad sanitaria por más que ya las sepa. Llamar día por medio a mis familiares (adultos mayores que viven solos) tanto en la Argentina como en el exterior para acompañarlos y tratar que comprendan que no pueden salir de sus casas. Escucharlos y ser muy tolerantes. Leer más libros.

Esteban Uribelarrea (Rotonda Victorica): como hábito suspendido extraño salir a caminar y el corte de césped en la vereda. Como novedad: el mantenimiento en general.

Marcelo Lucatelli (calle Becquer): todo ha cambiado. Desde levantarse temprano para ir a trabajar hasta la vuelta en bicicleta. Ahora hay que dedicarse a estar en familia, a jugar y entretener a los chicos y fundamentalmente a cuidarse.

Alejandro (calle Quiroga): cambios de hábitos en el trabajo y falta el gimnasio.

Hugo: en principio consideré adecuado los términos del decreto, pero con los resultados vistos hasta ahora debería haber sido más riguroso.

Karina: me parece bien el aislamiento por lo que se ve en Europa.

Horacio: tendría que ser más riguroso.

Ariel: si totalmente, debería ser más riguroso.

Joaquín: está bien aislarse.

Sandra: considero atinado el decreto, me preocupa si culminará gradual o definitivamente.

Isabel: por cómo somos debería ser más riguroso.

Martin: debería ser más riguroso.

Susana: me parece bien si fuera respetado.

Lucila: es sumamente adecuado.

Carlos: lo considero indispensable y justo. Pediría únicamente más rigor con los infractores.

Alejandra: el decreto me suena muy a la fuerza. Pero considerando nuestra idiosincrasia no se puede apelar al sentido común en este caso. Hay que obligar a la gente que acate las medidas e imponerlas, por el bien de todos.

Daniel: me parece coherente. Creo que debería extenderse y que tendría que haber más control.

María: considero que es muy adecuado y debería ser más riguroso con algunas personas.

Juan: creo que debería ser más riguroso.

Alfredo: más riguroso con quienes pueden y no cumplen con la cuarentena.

Maribel: no más de dos semanas, que es el período de incubación de la enfermedad, luego se debería flexibilizar.

Ricardo: el aislamiento debería ser más riguroso, con multas importantes, no hay víscera más sensible que el bolsillo, y en caso de reiteración, la quita del registro.

Marcelo: considero fundamental para minimizar el impacto del virus quedarse en casa.

Lidia: es el adecuado.

EF: estoy de acuerdo. Todos tenemos que tener responsabilidad social. Podemos hacerlo si dejamos de lado el egoísmo.

Daniel:  lo ideal sería que fuera más riguroso, pero ello es imposible, teniendo en cuenta lo endeble en que dejó la situación el gobierno nacional anterior y por ello la situación de los cuentapropistas diarios y los que hacen changas, empeora ya que llevan el mango a su casa mediante el laburo diario.

Carlos: lo considero adecuado y se va haciendo más riguroso.

Nory: si, porque no tenemos hospitales que puedan contener a demasiada gente.

Joel: lo considero adecuado.

Katty: más riguroso.

Daniel: no sabría qué opinar, es un asunto técnico.

Esteban: me parece muy bueno. Debería ser mucho  más riguroso y con sanciones «dolorosas».

Marcelo: si el aislamiento se cumple por todos no sería necesario endurecerlo.

Alejandro: debería ser flexible.

Hugo: el 90% de los ciudadanos lo acata rigurosamente, el 10% restante es completamente irresponsables poniendo al resto en riesgo.

Karina: escuché que en el centro de Escobar la gente anda igual.

Horacio: bastante buena.

Ariel: me asombra porque muchos acatan pero otros no lo hacen, calificación de regular, ojalá haya pocos casos.

Joaquín: veo pocos autos pasando por casa y solo vi una señora caminando con ropa deportiva, pero no sé si se estaba ejercitando o salía a trabajar.

Sandra: en las proximidades de mi casa, la conducta es absolutamente responsable.

Isabel: mala.

Martín: una gran parte acata, hay un pequeño grupo que claramente no.

Susana: la mayoría respeta pero una gran cantidad de gente no tomó conciencia de la gravedad.

Lucila: está bastante bien, hay poca gente en la calle.

Carlos: buena en un 70%.

Alejandra: somos hijos del rigor. Aun así hay algunos que no entienden bien la posibilidad infinita de contagio. Pero en general es buena, es todo un aprendizaje, siento que la mayoría se guarda en su casa.

Daniel: muy pobre. Hay un nivel de irresponsabilidad muy grande. Esto unido a un nivel cultural paupérrimo, es un cóctel explosivo. Cada ciudadano hace lo que le parece. Se ve en la calle, en las redes sociales. Así vamos al matadero. Por otro lado se entiende, ya que todo lo que tiene que ver con el respeto a la norma ha sido socavado por los mismos que la pregonan en los últimos 30 años.

María:  buena, aunque en algunos casos parece que no se enteraron de la cuarentena.

Juan: no lo acatan, siendo más jóvenes; yo tengo 66 años.

Alfredo:  son delincuentes quienes no acatan las instrucciones teniendo la posibilidad de hacerlo, valiéndose de títulos y honores.

Maribel: muy buena. Según el Presidente es del 95%.

Ricardo: excelente la conducta de mis conciudadanos, en el barrio solo se escuchan pájaros y el paso del recolector de residuos.

Marcelo: creo que el barrio está acatando muy bien el aislamiento.

Lidia: en general se cumple.

E.F.: creo que la mayoría es consciente de la pandemia que nos azota y no discrimina. Siempre existe un porcentaje de personas que no les importa nada.

Daniel: en relación a mis vecinos directos es impecable, en relación a la sociedad en general, son unos pelo… importantes aquellos que no respetan la cuarentena.

Carlos: buena.

Nory: en proceso.

Joel: buena conducta.

Katty: 90% positiva.

Daniel: muy buena por todo lo que vi, respetan la norma.

Esteban: la conducta en general es buena, se ve. Hay personajes que no acatan nada pero eso es por la falta de sanciones. Tengo vecinos que me dan lastima.

Marcelo: en algunos casos deplorable. Aquí en el barrio se cumple bastante bien.

Alejandro: muy bien.

Hugo: al personal que trabaja en la salud, en todas las fuerzas de seguridad y a los recolectores de residuos.

Karina: a los médicos, enfermeros, fuerzas de seguridad, recolectores de residuos.

Horacio: al personal de salud.

Ariel: al Presidente que se puso los pantalones y dejó de lado su partido político. A todos aquellos que están afuera trabajando en contra de su voluntad, por la seguridad y prevención del pueblo.

Joaquín: a todos. Personal y profesionales de sanidad, fuerzas de seguridad, recolección de residuos.

Sandra: a todos los que trabajan en este momento fuera de sus casas (que son muchos sectores), personal de salud, de seguridad, de limpieza, etc.

Isabel: al personal de salud, policía, ejército.

Martín: al personal de la salud.

Susana: a todo el plantel sanitario e investigadores para encontrar la cura.

Lucila: a la policía.

Carlos: obviamente a médicos y personal paramédico, fuerzas de seguridad, transportistas y todos aquellos que ayudan a que no pare el país. Si se permite también haría un reconocimiento a la actitud del Presidente de la Nación a quien no voté ni votaría. Pero creo que fue rápido en sus decisiones, claro en su discurso, coherente en sus actitudes y valiente al salir a anticipar en lo posible este desastre.

Alejandra: un reconocimiento enorme a aquellos  voluntarios nobles, personal de la salud, hasta los vecinos que se ofrecen incondicionalmente a ayudar, aunque sea en pequeñeces.

Daniel: realmente, a nadie. Cada cual que haga lo que sabe hacer y punto. Los bronces y los pergaminos están fuera de moda.

María: al personal médico y de prefectura.

Juan: son muchos, pero además del personal de salud, limpieza y policial (fuerzas armadas), se me ocurren varios pero no quiero polemizar.

Alfredo: a todos los profesionales de la salud y al personal de mantenimiento de hospitales, fuerzas de seguridad, recolectores de residuos y a toda persona destinada a mantener el país en funcionamiento.

Maribel: a todos los ciudadanos que tenemos que dejar de trabajar por la mala gestión sanitaria que nos lleva a esto.

Ricardo: a las fuerzas armadas, trabajando a destajo, y sorprendido por el pedido de auxilio al ejército, imagino que de nuestro presidente, que puso hospitales de campaña, cocinas y alimento a disposición de los sectores postergados de la población. Dudo realmente que otros políticos del mismo espacio hubieren actuado así, de 10.

Marcelo: a los que trabajan para la salud en un modo amplio. Desde los enfermeros, médicos, técnicos usuarios de equipos médicos, quienes reparan los equipos y los fabrican ahora en tiempo récord, limpieza de hospitales.

Lidia: para los médicos, enfermeros, policías, gendarmería.    .

E.F.: al personal de salud, de seguridad y a todas aquellas personas que desde distintas organizaciones e instituciones  asisten a quienes se hallan en situación precaria/vulnerable poniendo en riesgo su salud.

Daniel: a los trabajadores de la salud y a los laburantes de los servicios esenciales.

Carlos: a los recolectores de residuos, médicos, enfermeros, policías, almacenes de alimentos, veterinarios.

Nory: al sector salud en general y a la policía.

Joel: a los médicos, policías, al Presidente.

Katty: al sistema de salud mundial.

Daniel: al personal de salud.

Esteban: en general, todos los autorizados por el decreto han sido ejemplares. Aparte del comportamiento de las fuerzas de seguridad, en todo el país, remarco el sistema de salud, las fuerzas armadas, en especial el ejército, y sin olvidarme del campo y las agroindustrias que no retacearon nada. Hasta ahora no nos faltan alimentos.

Marcelo: a todo aquel que tiene que continuar con sus actividades a pesar de todo.

Alejandro: a nadie en especial, cada uno cumple con su trabajo.

Hugo: semejante propagación descontrolada del  coronavirus debería servir para una reflexión acerca de las prioridades y objetivos de vida de toda la humanidad.

Karina: de película, nunca pensé vivir esto.

Horacio: inesperada.

Ariel: que no hay nada más poderoso que Dios.

Joaquín: ojalá que no sea un reordenamiento del mundo, con un poderío de Oriente sobre Occidente.

Sandra: esta y otras crisis (por ejemplo las de índole climático) sucedieron y sucederán. Nuestra vida es muy corta comparada con la historia de nuestro planeta y justo le tocó evolucionar con este virus a nuestra generación. Con respecto a nuestra vida diaria, espero que se amplíen las medidas económicas sobre todo para los sectores más desfavorecidos.

Isabel: había que parar y nos pararon.

Martín: que en este momento deberíamos apreciar más las pequeñas cosas que nos rodean, cuidar más a la naturaleza y tomar medidas importantes.

Susana: que no somos omnipotentes y necesitamos de la solidaridad del prójimo.

Lucila: tengo fe que de todo se aprende, y deberíamos valorar y aprender de ello.

Carlos: espero que al terminar nos haya enseñado el valor de mancomunar esfuerzos y a ordenarnos colectivamente.

Alejandra: fue un gran cachetazo a la humanidad toda. Aquí no existen pobres, ricos, saludables, mal nutridos, razas, clases sociales, etc. Como un gran tsunami. Ojala, como dicen, que de esta crisis aprendamos algo. Me gusta la idea de pensar que la naturaleza puso un “parate”, mirar, ver a nuestro alrededor y descubrir cuánto mal hicimos generaciones tras generaciones. Unámonos.

Daniel: pienso que de esta penosa experiencia saldrá a la superficie quién es quién. Espero que los argentinos dejemos de ser tan monótamente exitistas y nos decidamos a barrer con todos los que han perjudicado a la Nación. Que no volvamos a perder la oportunidad que tuvimos en 2001. Habrá tinta para rato.

María: que la gente no es responsable en su totalidad.

Juan: reflexiones, muchas, pero no quiero polemizar con mis vecinos.

Alfredo: muchos pequeños negocios (varios millones de personas) se quedan sin futuro (no le encuentro la explicación). Por otro lado esta es una guerra diferente, el Coronavirus es un «arma»  atípico, que al no tener parámetros conocidos nos descoloca, no conocemos sus límites y quién tiene el «botón» de parar. Resumen: estamos en manos de «un loco» que nos puede destruir cuando quiera y como quiera sin tener posibilidad de resolverlo o neutralizarlo. Dios se apiade de nosotros.

Maribel: que fue pésima la inversión en salud y en políticas públicas, y que debido a esto no es tan responsable el virus (que hasta ahora mató menos que la gripe) sino los deficientes sistemas de salud. En el mientras tanto, como siempre, el que sale peor parado es el que menos tiene, el trabajador. Pero como siempre veo la parte positiva, al planeta Tierra le vino bien este respiro. Todo lo que hacemos genera consecuencias.

Ricardo: hubo pandemias terribles como sarampión, peste bubónica, gripe española, viruela y recientemente el ébola.

Marcelo: lo importante de comprender que el ser humano es vulnerable y también que solo siendo solidario con el otro tenemos la oportunidad de minimizar los impactos de estas crisis inesperadas.

Lidia: lo siento como si estuviéramos en guerra, en este caso contra la pandemia.

E.F.: creo que  dejará distintas huellas en cada persona, según su vivencia. La recuperación no será fácil. Ha puesto en jaque los sistemas de salud, la economía y el valor de la vida humana.

Daniel: era algo posible en los escenarios de los entendidos, solo indican que era una cuestión de tiempo. Como reflexión o reproche no entiendo por qué no se apropincuó los viejos galpones de los Jumbos en las adyacencias al aeropuerto de Ezeiza mediante tiendas de campaña del ejército y se obligó a una cuarentena obligatoria de 15 días a los que llegaban del exterior. Estos irresponsables en vez de cumplir la cuarentena salían al supermercado, hacían reuniones, unos imbéciles e inadaptados, irresponsables sociales, con esa cuarentena real hubiéramos demorado muchísimo la entrada y propagación del virus.

Carlos: el ser humano está haciendo cosas que destruyen el planeta.

Nory: todos somos responsables del cambio y que la Tierra nos dijo basta.