Voladura de techos y automóviles aplastados por árboles, algunas de las secuelas que dejó el temporal

La fuerte tormenta que azotó el viernes pasado al distrito de Escobar, minutos después de finalizado el partido entre Argentina y Países Bajos, impactó especialmente en algunos barrios como El Cazador y los emprendimientos urbanísticos privados adyacentes donde numerosos vecinos continúan aún con falta de suministro eléctrico.

La voladura de techos; la destrucción de automóviles; la caída de árboles y pesadas ramas; cables de diversas empresas de servicios cortados y desaparramados sobre las calles; arterias bloqueadas y otras dramáticas escenas fueron las secuelas que dejó lo que algunos describieron como el paso de un tornado y un evento meteorológico que no se observa en la zona  desde hace décadas.

A medida que pasaban las horas, la UGC de El Cazador difundía imágenes de sus empleados movilizados el fin de semana para cortar troncos y ramas que bloqueaban las calles.

Muchos  vecinos se dedicaron a limpiar sus quintas, algunos autoconvocados salieron con serruchos y motosierras para despejar calles y colaborar con quienes necesitaban desbloquear sus entradas. La ola de solidaridad fue notable: ante el prolongado corte de luz -que subsiste a 48 horas de producirse el fenómeno climático-, numerosos vecinos ofrecieron conservar en sus heladeras los productos alimenticios de los damnificados, otros brindaban agua y tomacorrientes para cargar celulares.

Las quejas contra el Municipio y la empresa Edenor fueron numerosas, si bien el Estado, aunque con cierta lentitud, logró su cometido de despejar todas las calles. Un vecino lanzó la idea de realizar algún piquete, como lo habían hecho supuestamente en la Ruta 25 vecinos de Pilar quienes «seguramente ya tienen luz».

En horas de la tarde del domingo, el titular de la UGC de El Cazador, Marcos Tiburzi, anunció que estaba llegando al barrio un grupo electrógeno para abastecer de energía al barrio CUBE cuya ruta de acceso brindaba un panorama desolador con una hilera de postes de media tensión inclinados o caidos. «Para el resto del barrio que no tiene energía, dan un plazo de tarde-noche» de ese mismo día, seguía informando Tiburzi. Los anuncios se fueron reiterando y la normalización postergando. Mientras tanto los vecinos reiteraban sus reclamos en Edenor, pero la respuesta no llegaba y la indignación crecía hora tras hora.