¿La nueva empresa estatal de Sujarchuk tendrá mejor futuro que Conect.ar?

Ariel Sujarchuk, actual secretarío de Economía del Conocimiento en el Ministerio de Economía de la Nación, sigue creyendo firmemente en el «Estado Presente». Por eso tomó la iniciativa de crear una nueva empresa pública: la Administración Nacional de Desarrollo de Software (Andes). La empresa con la que el Gobierno planea contratar programadores para que le presten servicios al Estado podría lanzarse en el primer trimestre de este año. En una entrevista con el diario LA NACION, Sujarchuk dijo que el proyecto está muy avanzado y que sería una herramienta eficiente que permitiría ahorrar costos. Según el intendente de Escobar en uso de licencia «no hay que tener miedo ni ver fantasmas, hay que trabajar en serio y poner números sobre la mesa”. Además considera que la empresa «permitiría retener talento que hoy el Estado no puede preservar porque no tiene las categorías para hacerlo» y que hay una necesidad de contar con un soporte estatal que le brinde servicios al Estado para ser más eficiente y, principalmente, para aggiornarse al mundo contemporáneo”.

La expectativa puesta por Sujarchuk en la creación de esta nueva empresa estatal, se asemeja a la que reflejó apenas cuatro años atrás cuando lanzó en Escobar el «servicio comunal de internet», que -según la promesa- incorporaría el triple play, un paquete integral de telecomunicaciones que también incluía televisión y telefonía, «a un menor costo que el precio del mercado».  La promoción era atractiva: «Aquellos vecinos que contraten el servicio tendrán bonificados los primeros tres meses en el paquete que ofrece 10 megas de internet, cable con 70 canales básicos, 6 emisoras de radio, 40 canales HD y 1000 minutos de teléfono gratis para llamadas locales», además, la promoción incluía un único decodificador. La iniciativa había surgido de un proyecto impulsado por Sujarchuk y aprobado por unanimidad en el Concejo Deliberante, «con el fin de satisfacer las necesidades de los vecinos, fomentar la inclusión a partir de la reducción de la brecha social y digital, y permitir a las familias del distrito el acceso a las nuevas tecnologías». Para su materialización se abrió una moderna oficina (ver fotografía) dotada de personal y todas las necesidades para su funcionamiento. Sin embargo, la planificación, la organización y la instrumentación fallaron. A los pocos meses el emprendimiento cerró sus puertas sin gloria ni pena. Cuánto costó este experimento, nadie lo sabe.

¿Tendrá la empresa Andes mayor suerte?