El polvo se levanta aún caminando o en bicicleta

Buena parte de la comunidad escobarense no solo sufre estos días la intensa ola de calor sino también «de tierra», esa tierra, ese polvo que se levanta tras el paso de un vehículo y se interna sin tapujos en casas y pulmones. Son miles las personas que viven sobre calles de tierra que, ante la carencia de lluvias, se transforman en verdaderos «colchones de talco», como lo describe un vecino. «Estamos cada vez peor, y aunque los automovilistas bajen la velocidad, esto es de terror. No se puede respirar ni tener algo sin polvo en nuestras casas», asegura Diana, que vive sobre la calle Schweitzer de El Cazador, una de las arterias que provoca mayores disgustos y críticas. Aunque se trata de una escena que se replica en todos los barrios y localidades del distrito de Escobar. «Ayer circulaba con mi camioneta por una calle que es un polvareda. A pesar de ir a muy baja velocidad (el velocímetro marcaba 10 km/h) y siendo mi camioneta de gran porte igual se levantó polvo. Un vecino que se aprestaba a salir de su casa me hizo ademanes para que baje la velocidad. No puedo ir más despacio, se pararía el vehículo», afirmó un automovilista que comprende la situación de los vecinos. «Es que el polvo se levanta aún caminando o en bicicleta», agrega Diana. «Estamos  a la buena del clima, porque de la Municipalidad no esperamos mucho».

Tierra, escombros con clavos y vidrios, y parches improvisados, Escobar se resiste a tomar distancia del siglo XX.