Conectar para Desconectar, ¡nuestro Rincón Literario!

Bienvenidos a «Conectar para Desconectar», un Rincón Literario donde podrás viajar por nuevas sensaciones y emociones a través de notas y poesías de autores locales.

“Cleto” 1

Por Juan Carlos Villalba (ver fotografía) -Desde Escobar / Argentina

El “Negro” Iñiguez había escuchado una palabra nueva, desconocida y extraña para el escaso vocabulario barrial, y aunque no sabía su significado y mucho menos donde aplicarla, la atesoraba secretamente, esperando el momento de lucirse ante los vagos de la esquina.
Por esos días vino a vivir al barrio (al caserón de las Viejas Burgos, en Mitre y Don Bosco, Escobar) un pibe nuevo.

La expectativa por conocer “al nuevo” era muy grande y todos en la esquina esperábamos el momento con ansiedad.
Cuando aquel pibe apareció en la puerta del caserón, el “Negro” Iñiguez “encontró” el significado de aquella palabra secreta y “entendió” que era el momento de aplicarla.
-¡Qué feo! (gritó), parece un “Cleptómano”. En ese instante, y por desconocimiento del idioma, nacía un apodo que acompañaría para siempre a este nuevo vecino.
Lejos de saber su significado, aquella palabra nos sugería algún tipo de monstruo antediluviano, alguna especie extinguida, algo horrible.
Carlitos, tal era el verdadero nombre, pasó a ser un compañero más de juegos y travesuras y un querido amigo para toda la vida, pero en aquella etapa de nuestra edad, su apodo podía variar según el grado de enojo o empatía del momento.

“Cleto”, “Cletito”, para los momentos de armonía. “Cleptómano”, para un poco de enojo, o, para la antesala de las piñas, “Cleptómano de mierda”.
Lo mismo ocurría con el “Bagre” Herrera, cuyo apodo variaba desde “Bagre querido” o “Bagrecito” (momentos cordiales), “Bagre amarillo”, (cierto grado de fastidio) y “bagre bigotudo” o “bagre sapo”, que ya significaba una pelea a piñas encarnizada.
Cleto vivía con su mamá Amelia y el Tío Lucho (“Lucho y el Tren”) en una de las habitaciones que las viejas alquilaban, con cocina y baño compartido con otros habitantes del lugar.
Desde muy chico trabajó para ayudar a su familia y conservó hasta muy entrada su edad, una sonrisa amable y el gusto por algo que lo hacía tan feliz como en la infancia: Andar en bici sin manos y con la camisa abierta para sentir el aire en el pecho.

No me dio tiempo a nada…
“…Venia riendo a carcajadas..
Con los ojos cerrados…Y los brazos en cruz…
Como si quisiera volar…”
Declaró el camionero conmovido.

Muchacha

Que el viento sea cómplice y disperse tus lágrimas, que no quede expuesta tu mirada mojada

que el manantial apague el fuego de la lava y el volcán impiadoso cicatrice su llaga.

Que la espera no cave un hueco profundo, ni retumbe su eco como mil puñaladas, que no anude las tripas, ni socave hasta el hueso, que no haya vacíos que hagan mella en tu almohada.

Que el ocaso se lleve el equívoco dogma, que tu sangre supure la borra acumulada,

que tus labios expulsen los restos de los suyos y la palabra rota que quedó trancada…

Muchacha, no llores, que el viento sea cómplice de tu carcajada.

Rita Frank / Poeta Maschwitchense

Talleres de escritura creativa

Hola, soy Pablo Barroso, novelista, poeta y tallerista. Quiero invitar a todos a unirse a @alquimiaesarte, donde estoy dando mis talleres de escritura creativa. La escritura creativa es una herramienta poderosa para explorar la imaginación, expresar emociones y conectar con otros a través de nuestras historias. En estos talleres, aprenderás técnicas para liberar tu creatividad y transformar tus ideas en palabras.

Vení y descubrí el placer de escribir en un ambiente inspirador y colaborativo. ¡Te espero!