Certificación ISO 37001: ¿Adiós a la corrupción?
Certificación ISO 37001: ¿Adiós a la corrupción?
Es habitual escuchar al intendente Ariel Sujarchuk destacar que el Municipio de Escobar es el primer organismo de gobierno en Argentina en obtener la certificación de “gestión transparente” ISO 37001 (1).
Pero, ¿cuál es el verdadero alcance de la certificación ISO 37001 que, para quienes no están familiarizados con la norma, podría parecer a la luz de los dichos del intendente, una garantía absoluta de transparencia en todos los aspectos de la gestión municipal?
Analicemos.
Considerada a nivel mundial como la norma más relevante en materia de prevención de sobornos, la ISO 37001 establece requisitos para implementar un sistema de gestión que permita prevenir, detectar y enfrentar actos de corrupción. A tal efecto, el ente peticionante -ya sea público o privado- debe diseñar e implementar políticas, procedimientos y controles específicos contra el soborno; capacitar al personal en ética y prevención de cohechos y someterse a auditorías periódicas, tanto internas como externas.
Una vez cumplidos estos requisitos, el organismo certificador evalúa el sistema implementado y, si este se ajusta a la norma, otorga la certificación.
Sin embargo, pese a la importancia que la certificación reviste, ésta no garantiza por sí sola la ausencia de sobornos en una organización, por cuanto, al depender su efectividad enteramente de la voluntad del solicitante para aplicar el sistema de forma genuina, no puede soslayarse que la misma podría convertirse también en una mera herramienta de marketing o en una «pantalla» para ocultar prácticas corruptas que se lleven a cabo fuera del sistema formal.
Tampoco podemos dejar de considerar que, si bien la norma es valiosa como marco de prevención del soborno, ésta no aborda directamente cuestiones claves en la administración pública, como la gestión e imputación de gastos; la evaluación de la oportunidad, mérito y conveniencia de las decisiones presupuestarias y la transparencia en la contabilidad y trazabilidad de los fondos públicos, para lo cual se requieren otras medidas complementarias como, por ejemplo, la aplicación de la norma ISO 9001 para documentar y estandarizar procesos administrativos; la implementación de políticas activas de acceso a la información pública mediante portales donde los ciudadanos puedan consultar presupuestos, detalles de gastos y resultado de auditorías; la implementación de presupuestos participativos y audiencias públicas como herramientas que involucren a la ciudadanía en la toma de decisiones o la práctica periódica de auditorías externas que, realizadas por organismos independientes, certifiquen la correcta gestión de los fondos públicos.
Sin medidas adicionales como las narradas, la ISO 37001, aunque útil, no asegura una gestión pública transparente e íntegra en su totalidad por cuanto, si bien ella evalúa el diseño e implementación de un sistema formal, no puede garantizar que la organización esté libre en la realidad de prácticas corruptas, ya que no investiga prácticas externas al sistema, habida cuenta de que el organismo certificador no está diseñado para detectar sobornos que ocurran fuera del marco documentado; su efectividad depende de la voluntad del solicitante, dado que si la intención del organismo es solo mejorar su imagen pública, los controles del sistema pueden volverse ineficaces; y no examina intenciones ocultas por lo que una organización puede cumplir técnicamente con la norma mientras opera paralelamente con prácticas corruptas.
Por ello, aunque la certificación es un paso positivo, su efectividad depende del compromiso genuino del liderazgo de la organización para aplicar sus principios de manera honesta y consistente.
En definitiva, la certificación ISO 37001 puede ser considerada como un avance importante en la lucha contra la corrupción, pero no debe ser utilizada como una muletilla para exaltar una gestión sin un sustento integral, ya que, sin políticas complementarias de acceso a la información, participación ciudadana y auditorías independientes, no puede por sí sola garantizar la transparencia ni la ética en la gestión pública.
De ahí que el verdadero desafío no es solo obtener la certificación, sino demostrar con hechos que el Municipio de Escobar, o cualquier otro organismo, realmente prioriza la transparencia y la lucha contra la corrupción en cada aspecto de su administración.
Dr. Marcelo Luis Soto
(1) Sujarchuk dixit: “Nos enorgullece que Escobar tenga el primer gobierno del país en recibir la certificación de gestión transparente, pero también nos gustaría no ser los únicos y que otros distritos y organismos públicos se sumen. Gestionar no es solamente administrar bien sino también generar buenas prácticas ciudadanas” CLARÍN ZONALES (edición digital del 17/11/2021).
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Está clarísimo que si la certificación es a nivel mundial y Escobar sería un digno representante de una supuesta transparencia, cuando siquiera cualquier pregunta, observación o no coincidencia con los dichos o hechos de Sujarchuk son motivo suficiente para que abra su boca y suelte agravios y ofensas, sin otro fundamento que su enojo. No será que no se presenta más nadie? Porque en todo el país, no hay otros que necesiten mostrar transparencia como Sujarchuk? O es el único desesperado y en esto encuentra un como si fuera cierto?
El dicho dice, «dime de qué te jactas y te diré de qué adoleces», y otro: «no aclares que oscurece»
De qué transparencia puede hablar el intendente Sujarchuk cuando lleva al menos ocho años violando sistemáticamente las fechas establecidas por la Ley de campañas electorales, usurpando los postes de alumbrado público para colocar sus retratos de manera desenfrenada, a las puertas mismas de los centros de votación en jornada de elecciones, la mayoría de los cuales nunca se digna a retirar y ahí siguen, un año y medio más tarde pasadas las elecciones. Sabemos los vecinos que desde 2016 viene utilizando el intendente millonarios fondos municipales para su incesante campaña personalista, folletos lujosos, gigantografías y pasquines como El Catalejo, de su empresa Choice
Sujarchuk ha ignorado y rehusado responder reiterados Oficios a él dirigidos por
la pusilánime Agente de Campana-Zárate y renunciante a la causa Fiscal Mabel E Amoretti en el marco de la denuncia penal IPP-00-00173-19/00, donde su sucesor Juan M Esperante se desligó cual papa caliente y la remitió hace casi cinco años al «Honorable» Tribunal de Cuentas de La Plata, donde permanece cajoneada, ante la inacción de los también intervinientes Fiscal General J.L Castaño y Fiscam de Cánara A Irigoyen
Hablar de transparencia en la administración Sujarchuk es como referirse al feminismo de Alberto Fernádez o a la honestidad de la doblemente condenada CFK.
Agrego algo más, el estar certificado en una normativa ISO no garantiza nada!!!! Quienes hemos estado involucrados en certificaciones ISO durante decadas sabemos que las auditorias, que son pagas y muy caras (TUV por ej.), ya sea de certificación o seguimiento, son muestreos del proceso y generalmente se «arman» muchos de los datos que se auditan. Cuando alguien quiere ser transparente muestra TODOS sus números de gestión, ISO es una buena herramienta si se la quiere usar bien y no hace falta estar certificado si se es consecuente con el cumplimiento de la metodología de trabajo que sugiere.
Tal cual. Existen casos como el de una concesionaria de servicios para el comercio exterior cuyos accionistas (un sindicalista al que se le imputa lavado de dinero, desvio de fondos de una obra social hacia sociedades familiares y asociación ilícita; dos grupos empresarios a los que se le imputa lavado de activos, evasión tributaria y asociación ilícia y una empresa involucrada en actividades mafiosas) mas que conformar una sociedad anónima, parecen operar como una asociación ilícita que, a la par de detentar una certificación ISO 9001, registra una catarata de reclamos de sus usuarios por irregularidades en los contratos, prácticas anticompetitivas y presiones para renovar acuerdos bajo condiciones desfavorables, que derivaron en acciones legales y denuncias ante tribunales y autoridades competentes. Por ello, como bien decis, la transparencia no se demuestra a través de una certificación ISO sino con HECHOS concretos que, en el caso de la Municipalidad de Escobar no se verifican por cuanto la misma hace oidos sordos a los reclamos de los vecinos que pretenden ejercer el derecho que les confiere la la Ley Nacional 27.275 y la Ley Provincial 12.475.