Yo…argentino

Esa costumbre rara que tengo de revisar los papeles viejos. El otro día encontré dos boletas de pago de servicios, ambas del mes de mayo del 2019. Una del Municipio de Escobar y la otra de Edenor.

Ese mes del 2019 el Municipio me cobraba $100.- por el barrido y limpieza de calles (minga); por el riego de calles no pavimentadas (minga); por la recolección de ramas y árboles caídos (de vez en cuando); por la reparación y el mantenimiento de la red vial municipal (jajajaja recontra minga); por la recolección de residuos domiciliarios; por el acondicionamiento, reparación y mantenimiento de paseos públicos, plazas y demás espacios verdes (minga); por el servicio de salud y la atención de problemas sociales en Centros de Salud del Municipio (no sé, nunca los usé); por el mantenimiento y preservación de áreas turísticas (minga). Haciendo memoria recordé que, como soy buen pagador y a pesar de saber que la mayoría de los servicios que se me cobraban no se me prestaron, había ido puntualmente al banco chistando y puteando para pagar de todos modos los $100.- de la boleta. Lo recordaba muy bien y todavía escuchaba la voz socarrona de mi jermu: “¡Sos un bolu…, sos un bolu…!»

En esa misma fecha Edenor también me cobró $100.- por el suministro de energía eléctrica en mi domicilio y una cifra menor por el servicio de alumbrado público. Otra vez hice memoria y recordé que de buena gana y contento había autorizado el débito bancario a pesar de que los $100.- en esa época valían realmente como $100.-. Es que el servicio eléctrico domiciliario había mejorado muchísimo, ya no había cortes de electricidad y los generadores comprados preventivamente por mis vecinos en años anteriores eran un clavo oxidado, no así el alumbrado público que seguía siendo un desastre. Pero bueno, entendía que esto último no era responsabilidad de Edenor sino del ya puteado municipio. ¡Y qué contento le mostré el pago a mi jermu que esta vez me miraba como si nada!

Soy curioso y me gusta revisar y comparar las cosas que recibo para ver si me están jodiendo. ¡Y siii, me están jodiendo! ¡¡¡Soy un bolu…soy un bolu…!!!

Ahora, para el mes de marzo que recién pasó, el municipio me cobra $269,03 por el barrido y limpieza de calles (minga); por el riego de calles no pavimentadas (minga); por la recolección de ramas y árboles caídos (de vez en cuando); por la reparación y mantenimiento de la red vial municipal (jajajaja recontra minga); por la recolección de residuos domiciliarios; por el acondicionamiento, reparación y mantenimiento de paseos públicos, plazas y demás espacios verdes (será porque plantaron dos arbolitos el día de la memoria); por el servicio de salud y la atención de problemas sociales en Centros de Salud del Municipio (no sé, nunca los usé); por el mantenimiento y preservación de áreas turísticas (minga). O sea, el municipio me cobra el 169.03% más de impuesto que en mayo de 2019 por la misma historia que antes y sin darme un joraca.

¡Pero Edenor debe hacer lo mismo y encima me corta la electricidad todos los días!, y ahí no más desenganché el bombo de los piquetes, busqué la boleta de la luz y, calculadora en mano, me puse a revisar cuánto me habían aumentado estos hijos de su madre.

Al toque me quedé helado porque ahora, en la boleta de marzo de 2021, por el suministro de energía eléctrica en mi domicilio, seguían figurando los mismos $100.- que en mayo de 2019. A pesar de la inflación no me habían aumentado un centavo. Lo que sí había aumentado un 169.03% era el alumbrado público a cargo del municipio, el mismo que siempre anda para el joraca.

La electricidad se cortó otra vez y la oscuridad me tranquilizó, al tanteo traté de encontrar el gancho donde cuelgo el bombo de los piquetes, guardé la calculadora y respirando profundo recordé mi nota anterior, aquello de que nos llevan del pico para hacer el ridículo usando nuestra ignorancia. Y pensé en (los vecinos) Lidia y Ricardo picando ladrillos para rellenar los huecos de Violetas mientras la decena de recién llegados agentes municipales ni se enteraban, las veces que, desde el CUDEC, cuando era el CUDEC, y también por propia iniciativa, golpeábamos las puertas de nuestros vecinos para juntar fondos destinados al reasfaltado de Kennedy, o para asfaltar Harris que era de tierra, o Santa Teresita y tantas otras calles arregladas de nuestro peculio. ¿Dónde estaban los $269,03 mensuales que se apropia el Municipio desde hace cincuenta años?  A lo mejor sirvieron para pagar una absurda barra burocrática reemplazante de Romerito (exempleado del CUDEC) y su tractor que se las arreglaba solito para mantener las calles del barrio. Acaso pagaron la publicidad fotográfica en gran tamaño y en todos los medios de la titular de una defensoría secundaria que ahora, como subsecretaria no sé de cual curro, “representa nuestros derechos” ante Edenor. ¿Y con qué argumento se presentarán ella y el Sr. Intendente para representarnos? ¿Cómo harán ella y él para reclamar una vez más un mejor servicio en El Cazador con semejante Curriculum y habiendo bajado el precio a menos de la mitad de su valor durante dos años de prestación efectiva y no robada?

Busqué una respuesta y no la encontré. En la oscuridad recordé las palabras de un sabio del embrollo: “La gente no come vidrio”, y habrá que esperar, ¿qué?, no sé pero la idea viene bien: “habrá que esperar”.

Y mejor me callo. Yo… argentino.

Jorge Domínguez (El Cazador)