Vecinos se oponen a las modificaciones impulsadas por el Municipio en el único Monumento Histórico Nacional del distrito

Un grupo de vecinos autoconvocados, reunidos bajo el nombre «Maschwitz Histórico», un espacio de participación ciudadana dedicado a la preservación de la identidad cultural y el patrimonio natural de su localidad, solicitó al intendente Sujarchuk que se detengan las intervenciones en el casco de la estancia Los Arenales, donde actualmente funciona, entre otras instituciones, el Polo de Educación Superior de Escobar. Esta solicitud se mantendrá en espera hasta que se forme el Concejo Honorario del Patrimonio Cultural Escobarense y se elabore un Plan de Manejo del Monumento Histórico Nacional Estancia Los Arenales. Los vecinos autoconvocados están tratando de prevenir cualquier alteración irreversible de los elementos esenciales que conforman la identidad del lugar frente a la intención municipal de construir allí un Centro Interinstitucional de Investigaciones Interdisciplinarias para el Desarrollo Sostenible del Delta e Islas del Paraná (I-Delta.Ar). Además, expresaron su preocupación por las evidentes deficiencias en el conocimiento de esta materia, evidenciadas tanto en el Estudio de Impacto Ambiental presentado por el Municipio en el marco de la «Participación ciudadana», que concluirá hoy, como en proyectos anteriores que ya se han completado.

Argumentos

Según la Municipalidad el casco de la original Estancia, es el «único» edificio del polígono protegido como Monumento Histórico Nacional. «Se infiere que (la comuna) interpreta a la casa principal como el único edificio protegido, desconociendo por un lado el concepto de casco de estancia, y por el otro el espacio donde funcionó el Instituto Nuestra Señora de Fátima, que tal como afirma el artículo de la ley se declara Monumento Histórico Nacional», afirman los vecinos. «Lo llamativo es que en el mismo estudio (municipal) se describe que «el casco de la estancia se encontraba en un predio de 60ha (…)». Más adelante se profundiza sobre las construcciones dentro del perímetro del casco (portería, casona, caballeriza, cremería, caballeriza, viviendas del personal, cochera, etc) y se aborda el significado del concepto «casco» según la visión de estudiosos en la materia. «El predio ocupa 57 hectáreas del antiguo casco de la estancia Los Arenales de Benito Villanueva, que mantiene sus dos accesos originarios y el conjunto de elementos esenciales del establecimiento fundacional. Contiene 15 construcciones antiguas, en gran parte abandonadas, y restos de jardines, forestaciones y potreros cultivados en desuso. Dividido en dos parcelas, el jardín botánico se desarrollará en la fracción mayor» (Haene, 2010). «El casco de la estancia es todo el predio, no solo la casa principal, por lo tanto todo es Monumento Histórico Nacional», enfatizan los vecinos.
El casco de la estancia Los Arenales es ante todo testimonio del patrimonio rural heredado de nuestros antepasados, y el patrimonio rural es “una consecuencia de la acción del hombre en sus distintas escalas de intervención, sobre el medio natural y cultural que lo soporta” (Moreno, 1998), escindir las partes sería contar una versión muy sesgada de la historia. «Nuestros antepasados trabajaron ese medio natural y fueron el verdadero sustento de esa estancia. Por lo tanto, los mejores testimonios se encuentran en el paisaje, la vivienda de peones, en la cocina, en el galpón. Nuestra identidad se resguarda en esos espacios», agregan desde  Maschwitz Histórico. «Desde que el Instituto Fátima cerró, nuestro patrimonio quedó a la deriva de gestiones fallidas como el Jardín Botánico o el hotel de la Secretaria de Deporte, intervenciones que han producido cambios irreversibles en el paisaje y las fachadas. Ante el avance de nuevos proyectos con licitación en curso, como el Instituto Interinstitucional de Ciencia y Tecnología surgen preguntas como: ¿Cuántas más intervenciones aguanta el casco de la estancia sin perder del todo su valor como testimonio de una época? ¿Cuánto cemento para perder la coherencia que le otorga el paisaje a su conjunto arquitectónico? Y por sobre todas las cosas: ¿Cuánto de nuestro patrimonio podremos preservar para las futuras generaciones de maschwichenses?», concluyen los vecinos  autoconvocados.