Transitar por las calles de nuestro querido Escobar está lleno de sorpresas, algunas agradables y otras profundamente dolorosas. El viernes 1º de noviembre, a las 18:20, pasaba frente a la Clínica Privada Fátima, en la calle Spadachini, y fui testigo de un episodio lamentable. Un hombre humilde revisaba las bolsas de basura que habían sacado de la clínica. Al principio pensé que buscaba algo de valor para revender, pero no era así. Con tristeza y dolor observé que, entre las bolsas, rescataba restos de las viandas que seguramente los pacientes internados almuerzan o cenan: ensaladas de tomate y cebolla, duraznos en almíbar y algún trozo de pan. Y aquí comienza mi indignación.
A nivel nacional, se establece que las bolsas de color rojo son para residuos patológicos (vendajes sucios, gasas con sangre, etc.); esos residuos deben ser retirados por una empresa especializada que los traslade para su incineración en lugares específicos. Las bolsas que vi no eran de ese color. Las bolsas verdes, destinadas a residuos comunes (que eran las que revisaba el hombre), deberían permanecer dentro del centro asistencial, y el camión recolector debería retirarlas y cargarlas, evitando así situaciones y riesgos indeseados.
Esperemos que se tomen medidas y que estos vecinos necesitados sean dirigidos a comedores o merenderos, en lugar de arriesgar su salud por una porción de comida potencialmente contaminada.
En ese momento no fotografié la situación porque sentí que sería humillar al hombre; sin embargo, regresé a las 21:20 y las bolsas seguían allí, esperando la recolección y, quizás, a alguna otra persona en busca de algo más.
Sentí dolor y pena. Mi plato de cena me pareció inmerecido. Ojalá quienes tienen la responsabilidad de buscar soluciones sientan lo mismo que yo sentí.
Muchas gracias.
Lamentablemente esta situacion a lo largo de nuestra historia y con distintos gobiernos se ha repetido. No esperemos empatia de las clases gobernantes porque SIEMPRE han mirado las cosas con otra optica. Debemos solidarizarnos entre nosotros. Es penoso pero es la triste realidad.
Lamentable no es así Sr.
Los que se deben ocupar hacen campañas para el hambre CERO desde que iniciaron la gestión, y claramente el único hambre que sacian es el propio, y no precisamente con alimentos no perecederos como los que siguen pidiendo como desde el principio (2016 o 17) en este municipio, y los administran , extorsivamente, entre aquellos que le demuestran fidelidad de urna…
Así son los abanderados de los pobres