Llega Aysa y tiemblan los vecinos

Una presencia que debería provocar alegría son las cuadrillas de Aysa cuando, con sus equipos y maquinaria, llegan al barrio para iniciar tareas de infraestructura que beneficiarán a la comunidad. La instalación de agua corriente y cloacas, servicios esenciales que, aun en el tercer milenio, millones de argentinos no disponen.

Sin embargo, la presencia de Aysa muchas veces también se vincula con las condiciones deplorables que dejan a su paso. Calles y veredas con escandalosos agujeros, cráteres y baches, y un vecindario que ignora a dónde recurrir para solucionarles el problema.

«AYSA pasó por Maschwitz», comenta un lector que protesta por los pozos que dejaron debido a las malas terminaciones en las obras. «Y no se hacen cargo ante los reclamos de los vecinos de Manuela Pedraza y colectora este», insiste el hombre que cuenta que esta situación ya lleva más de 6 meses, y que atribuye a la falta de idoneidad de los responsables y a la falta de control de la empresa y el municipio. «Como en el sketch de «Pepe rompé» en el programa de Video Mach», concluye con fastidio y una pizca de humor.