La convivencia política y el  monopolio publicitario oficialista en la vía pública

El sábado pasado, en horas de la mañana, en la esquina de Tapia y Colón, en pleno centro de Belén de Escobar, se presenció una escena que ilustra la convivencia política en el distrito. Como se aprecia en la fotografía, en primer plano, partidarios de Juntos por el Cambio (entre ellos el concejal Diego Castagnaro) repartían volantes y globos entre los transeúntes, mientras que en segundo plano se encontraba una mesa proselitista del intendente Sujarchuk. El poder económico en manos de este último le permite disponer de numerosas mesas de apoyo a lo largo y ancho del distrito de Escobar. Como afirmaría Javier Milei, «la casta tiene mucho dinero».

La convivencia en ese lugar es notoria. Sin embargo, es importante destacar que este respeto se debe, en gran medida, a la visibilidad del lugar. Porque cualquier intento por parte de un partido opositor de colocar un cartel partidario en un poste o en una cartelera es rápidamente contrarrestado por los «muchachos de Sujarchuk, quienes lo arrancan apenas un minuto después de ser colocado», según afirma un conocido dirigente opositor. Además, «algunos de los que nos han arrancado los carteles los guardan en sus mochilas, ya que, según se rumorea, reciben un pago por cada unidad arrancada».

No obstante, esta situación no se ha repetido en los últimos tiempos, principalmente debido a la fatiga y a la falta de recursos económicos por parte de los partidos opositores. De esta manera, el monopolio publicitario oficialista en la vía pública ha prevalecido.