Kennedy: la calle sin control de velocidad

Desde que repavimentaron la calle Kennedy, la arteria más importante de El Cazador, existe un doble sentimiento en la comunidad. Por un lado, la tranquilidad de evitar seguir destruyendo los automóviles en los profundos baches que existían; por el otro, y ante la ausencia casi total de lomos de burro y ninguna cámara que controle la velocidad máxima, la indignación causada por aquellos automovilistas que la recorren a 80 o 100 km/h como si se tratara de la pista de Nürburgring.

Algunos vecinos proponen «escrachar» a los conductores irresponsables. Una mujer considera, quizás por prejuicio, que los peores ejemplos provienen de algunos barrios cerrados de la zona, donde, según ella, deben circular a paso de hombre, esquivando vallas y cámaras que miden la velocidad, y al salir de los barrios «se desahogan con nosotros».

Otro vecino, jubilado, disfruta de los paseos a pie, pero le provoca gran enojo e incomprensión la actitud de quienes solo piensan en sí mismos, y no en el prójimo que camina por la zona y puede ser víctima de un atropello.

«Hay familias circulando a pie o en bicicleta, que ante la ausencia de veredas deben caminar por la calle y tirarse sobre la zanja contigua porque los autos pasan ‘finito’ y rápido», expresa una vecina, quien piensa que «inteligente hubiera sido hacer la calle unos centímetros más ancha, o veredas reales».

Otra vecina advierte que «mientras la municipalidad no ponga cámaras de velocidad, todo seguirá igual».

Muchas personas califican de prepotentes a quienes conducen a altísimas velocidades, señalando el riesgo de que esta conducta derive en un accidente de grandes proporciones.

«Esto también es inseguridad, no solo los robos», agrega alguien.