Grandes inauguraciones y discursos; después, ¡lo de siempre!

La inauguración de una clínica municipal o la adquisición de equipamiento hospitalario, conlleva habitualmente la presencia del intendente y de su staff que suelen organizar actos de dimensiones colosales. Hay que lucirse, hacerse ver y poner de manifiesto que, sin ellos, no habría asfalto, educación ni salud. La desilusión se inicia tras la retirada del ejército de funcionarios y el ingreso de los vecinos de a pie; comienzan entonces a conocerse novedades de toda naturaleza, como lo resume una vecina que días atrás se acercó al Hospital Municipal ”Dr. Horacio Argentino Dupuy» de Garín tras escuchar opiniones favorables sobre su guardia pediátrica. «Con vergüenza, la doctora, ante mi insistencia que revise el oído de mi hija, me contó que no tienen el otoscopio (aparato para revisar el oído de un niño)», comentó con asombro e indignación la mamá que viralizó su disgusto con el noble fin de pedir «ideas de cómo ayudar para que esto tenga visibilidad y podamos ayudar a más personas».

Una sola vecina respondió a la convocatoria con una iniciativa: «¿Y si se hace un llamado solidario para donar uno? A veces se los roban o no mandan insumos. Con la crítica no solucionamos nada». Otros, en cambio, se manifestaron con duras críticas que apuntaron directamente al palacio municipal: «Cómo ayudar??? Cambiemos los votos!!!»; «Elegir vecinos comprometidos!!!»; «Terrible!!! Todo una gran escenografía!!!»; «Qué vergüenza señor intendente, se jacta de los servicios para la salud, dan pena»; «Que manden insumos, yo pagué los impuestos»; «Yo pago todos mis impuestos para que no falte lo elemental, no para que este señor pasee con su novia, haciéndose el pendex».