Concejo Deliberante: nuevo edificio pero las mismas viejas prácticas

El 10 de abril se inauguró el nuevo edificio del Honorable Concejo Deliberante (HCD) en Tapia de Cruz 1280 Belén, con Ariel Sujarchuk reasumiendo la intendencia y cortando la cinta de ingreso, acompañado por propios y algunos ajenos y por un “coro” de protestas detrás de las vallas.

La Presidenta del HCD Laura Guazzaroni  abrió la sesión (o mejor dicho la re-abrió porque se hallaba en cuarto intermedio desde el 30 de marzo) para recibir a Ariel Sujarchuk quien “inauguró” el “micro” año legislativo con un discurso de más de hora y media que dejó a las claras que nuevamente está en campaña.

El tono del discurso fue algo insólito. Dio una especie de excusas respecto de su licencia al cargo de Intendente de Escobar -prolongadísima por cierto- aludiendo a la buena tarea del hasta entonces intendente interino Beto Ramil, al trabajo en equipo -el equipo que él lidera-, a su propia capacidad para asumir mil tareas y compromisos a la vez, a su amor por Escobar,  etc. etc. En fin, total que en el fondo fue una justificación de su licencia, un modo de decir a los vecinos de Escobar que pueden votar nuevamente a un Intendente para que nuevamente, si le conviene o si la patria o la provincia se lo reclaman, ejerza la intendencia pero “en uso de licencia”, ya que de todos modos “hace” y no cobra por el cargo.

Aludió a dos fuertes reclamos que hay contra su gestión (cuyos manifestantes se hallaban fuera del recinto haciendo saber su descontento): la cárcel y las viviendas del Plan Procrear de Loma Verde. El tono fue de disgusto y enojo. Minimizó y desacreditó los reclamos de esos vecinos.  Dijo que los vecinos de Loma Verde se “quejan” porque entienden que esas 180/182 viviendas son del plan “Procrear” y no son de calidad. Criticó a los vecinos que se oponen a ese emprendimiento -que se llevará a cabo sobre parcelas de Vialidad Nacional- tratándolos de “hipócritas”, de haber usurpado el predio para el pasaje de un caño de desagüe desde el Country Loma Verde; country en el que, dijo, muchas viviendas están en estado “irregular” y afirmó que muchos de los vecinos “no pagan los impuestos”; minimizó el reclamo diciendo que esos vecinos ahora se acuerdan de los árboles -que en la parcela hay 228 y no 300 como ellos aluden- cuando talaron y talaron árboles para construir los countries y barrios cerrados, asegurando que había visto los planos de las viviendas a construir en el lugar y que de acuerdo a esto sólo 14 de esos 228 árboles requerían ser “reubicados” y que él se ocuparía de ver que lo fueran de modo correcto. El enojo de Sujarchuk fue creciendo a medida que se refería al tema y enardecido aseguró que él garantizaría la vivienda a todos, que el proyecto será un gran beneficio para todos los vecinos y desafió a los opositores a éste diciendo: “Quieren que hablemos de ambiente; ¡vengan!”.  Sin embargo y a pesar de anunciar el proyecto de transformar a la Cooperativa Eléctrica de Loma Verde en la “Cooperativa de Energía del Delta”, que no sólo distribuirá energía eléctrica sino que podrá actuar como subsidiaria en la distribución de gas y agua (“Decisión Estratégica” la llamó) no aclaró nunca cómo se resolverán los problemas que 180 viviendas causarán al tránsito sobre la calle Leguizamón de Loma Verde, los puentes de Panamericana y colectora Oeste, ni los relacionados con energía eléctrica, gas, agua y cloacas que emergerán cuando estas viviendas se concluyan y habiten, y seguramente mucho antes de que esa “decisión estratégica” de la Cooperativa Eléctrica se pueda poner en marcha y dar sus frutos.  Ciertamente, la respuesta de Sujarchuk a las críticas de los vecinos fueron ofensas, desacreditaciones y acusaciones, pero no soluciones o propuestas. Sólo humillaciones exacerbando una grieta que esos vecinos no fomentan, ya que su reclamo no es por la “calidad” de las viviendas sino por la pérdida de un punto verde de la localidad, punto verde que justamente dio nombre a Loma Verde, que sirve de fuelle entre la autopista, sus ruidos y polución, y ese sector de la localidad. Su reclamo es para proteger y mantener su estilo y calidad de vida, el lugar que eligieron para habitar, con su estilo, su cadencia y su verde. No piden que las viviendas no se hagan, piden del municipio que se estudie la posibilidad de su relocalización en un lugar que afecte menos al ambiente, a la circulación del tránsito y al que lleguen más prontamente los servicios básicos de infraestructura, sólo piden eso; lo que no parece descabellado ni imposible a partir de las afirmaciones del Intendente respecto a la cantidad de tierras que el Municipio recuperó para su Banco. Aseguró Sujarchuk que el proyecto pasará por los estudios de impacto ambiental (esperemos que no sea como el de la “alcaidía”), consulta pública y rezonificación de las parcelas, de ser necesario, que la Ley impone, rezonificación para la que mandará “una Ordenanza” al HCD (tan seguro está de su mayoría automática que no refiere a sus elevaciones como proyectos).

También tuvieron su turno los vecinos que critican la cárcel que Sujarchuk hizo construir en el Barrio Cementerio y que defiende a dientes cerrados. Insistió en que era una Alcaidía (increíble, tres pabellones de Alcaidía???) y que iba a mandar una Ordenanza al HCD (no un proyecto, una “ordenanza”….) para que sólo pudieran alojarse en ésta “residentes del distrito”. Si llega el proyecto y se aprueba, habrá que avisarle al Servicio Penitenciario de la Provincia de Buenos Aires (a quien pertenece y quien gestionará dicha “alcaidía” alias “cárcel”), de tal decisión de nuestro Intendente. Y además, como si el paisaje sociocultural de un barrio y la dignidad de las personas tuviera precio, aseguró que por cinco años se exceptuaría del 100% de tasas a las viviendas del barrio a 5 cuadras a la redonda de la “alcaidía”, arguyendo el “servicio” que ese barrio presta al Municipio. Incluso, tuvo el tupé de comparar la “cárcel” que está terminando de construir frente al cementerio, con tres naves o pabellones, torretas de seguridad y ventanucas enrejadas con la Alcaidía del Palacio de Tribunales de CABA y la ubicada en el Barrio de Palermo de la ciudad capital (entiendo que sería la Alcaidía de Beruti 3345, CABA, Alcaidía Beruti). Obviamente, cualquiera que transita esas zonas sabe de lo descabellado de la comparativa, casi una tomadura de pelo para los vecinos que se sienten agredidos por nuestra nueva cárcel.

Habló de políticas ambientales y recalcó: ¡Hay que escuchar a la gente! ¡No juguemos con la ilusión de la gente! Pero claramente se refería a “otra gente”, al menos no a la que formula reclamos por la protección de humedales, su paisaje socioambiental (cárcel), sus arboledas (Ruta 26) y sus zonas verdes (Loma Verde).

Puso mucho énfasis en el Plan Estratégico Territorial (PET) que está en “marcha” desde 2021, informando a los concejales que remitiría al HCD las “ordenanzas” necesarias para su aprobación. Tendremos que analizar minuciosamente los códigos y ordenanzas que normalizan dicho PET  ya que en la Mesa Territorial de Loma Verde, por ejemplo, llevadas a cabo para la participación de los vecinos en su realización, nada se comentó respecto de las viviendas a construirse en el triángulo de Leguizamón, Old Man y Colectora Oeste de dicha localidad, que motivan tantas críticas de los vecinos. Resaltó que el PET era muy necesario “para que no se roben más las tierras” (aunque no quedó en claro quiénes serían los “ladrones”) y al respecto informó que el Municipio recientemente recuperó 70 hectáreas de tierras para el Banco de Tierras Municipal, en la zona del aeroclub de las que solicitará la afectación de 10 hectáreas para una planta potabilizadora y de tratamiento de efluentes que Aysa instalará en el lugar, con financiamiento externo, del BID.  En la misma línea refirió convenios para la extensión de la red de gas natural en Maquinista Savio y Matheu; a las luminarias led colocadas y a colocar, a las inversiones en Seguridad realizadas y a realizar, adjudicando las situaciones de inseguridad que han aparecido en los últimos tiempos («nuevas delincuencias”) a causas económicas (que lamenta, aun perteneciendo al partido que gobierna la Nación), a la droga y fundamentalmente a la “conourbanización” de Escobar, todo ello a pesar de señalar el Sr. Intendente las inversiones en cámaras de seguridad -que dijo que superaba a la realizada por Vicente López- y en el plan “ojos y oídos en alerta”, policías adicionales y demás. Evidentemente, las inversiones no han sido suficiente o no han sido bien gestionadas.  Anunció Sujarchuck inversiones en plazas y espacios público y la inclusión de mujeres como “placeras”, lo que les dará chances de inclusión a mujeres en situaciones de vulnerabilidad.

Comprometió el aumento de fondos para los Proyectos Participativos de las 26 UGC e incluso prometió que habrá para Barrios Cerrados, aunque no aclaró si por zona o por barrio o uno para todos.

Hizo una alusión a la transparencia y corrección de su gestión sobre la base de las certificaciones ISO obtenidas; sin embargo, nada dijo de la implementación del sistema RAFAM para que los concejales puedan tener un oportuno y permanente control de las finanzas del municipio, todo, como si la mera certificación de normas ISO “garantizara” per se una gestión clara y transparente.

Refirió con datos abrumadores a las obras realizadas durante su gestión, red troncal de cloacas y agua, inversiones de $ 13.000 millones durante 2022, inversiones en salud, inversiones en infraestructura  y educación, además del Polo Judicial que está pronto a inaugurarse. Gran parte de estas obras, dijo,  han sido realizadas con fondos de Nación y de Provincia, fondos provenientes de la coparticipación -aumentada en un 100% para este año- y con el “esfuerzo” del Municipio. Refirió a las altas tasas que abonamos los escobarenses pero que tienen su retorno en las obras realizadas y a realizar, y a las políticas que emprenderá para captar radicación de comercios e industrias, aclarando que “las tasas son altas, pero el municipio es parte de esa fuerza de venta de las industrias”. ¿En serio Sr. Intendente?

Cierto es que se han hecho obras en el Municipio, algunas muy buenas, pero eso es justamente la obligación de un Intendente, para eso está, para eso se lo vota y se le da ese mandato. No cabe ufanarse de lo que se hizo, cabe rendir cuentas a los vecinos de ello, más no utilizarlo como un mérito propio sino como el mero cumplimiento de una obligación.

Tampoco es de buen gobernante insultar, desmerecer e incluso humillar a vecinos que reclaman legítimamente por su lugar, por su estilo de vida y por su ambiente.

Ariel, claramente e incluso expresamente,  lanzó su candidatura a Intendente -por tercer período consecutivo- para las elecciones 2023. ¿Será para Intendente o “Intendente en uso de licencia”….? Y nos invitó a todos a abrocharnos el cinturón de seguridad que “Escobar está despegando”. Bueno, después de siete años de carreteo, de siete años de su intendencia y de su licencia,  sería un buen momento para que despegue. Digo, no?

Concejala María Gabriela Hernández (Juntos Escobar)