Un loro parlanchín

Simón decidió días atrás abandonar la jaula y su hogar, y posarse en lo más alto de un esbelto árbol, desde el cual comenzó a cantar y hablar. “Me lo regalaron de bebé, hace cinco años” cuenta Magalí de la calle Rafael Obligado de El Cazador, durante cuyo transcurso aprendió  a pronunciar varias palabras (mamá, Ana y Bianca -los nombres de las hijas de Magali-, cómo te va, acá estoy, hola, chau) y sobre todo a cantar el feliz cumpleaños y la canción de la cucaracha. ¡Todo un artista Don Simón! Magali es de Entre Ríos y conoce muy bien la vida de estas hermosas aves: “Siempre tuve loritos, allí se caían  los nidos y los criábamos” cuenta, aunque admite que nunca le gustó tenerlos encerrados, por ello Simón volaba en la casa y hace tres años huyó por unos caranchos que lo quisieron atacar. “La idea siempre fue que pudiera vivir así, suelto”.

Mientras tanto Simón continúa acompañando a Magali, desde las alturas, hoy desde la rama de un roble que tiene en su propiedad, ayer desde el árbol de la vecina, siempre charlando, cantando y de buen humor.