La tormenta de Santa Rosa y las cuentas pendientes de la Municipalidad

Llegó la tormenta de Santa Rosa, y con ella, el ya clásico comunicado de la Municipalidad advirtiendo que el partido «se encuentra dentro de la zona bajo alerta por tormentas severas, con fuertes ráfagas de viento». En este contexto, se pide «evitar circular si no es imprescindible» y, «de ser necesario salir, evitar caminos secundarios y zonas de ríos y torrentes».

Lo que parece ignorar la Municipalidad al emitir este comunicado es que miles de vecinos, por más que lo deseen, no pueden salir a la calle, ni con esta tormenta ni con una menos intensa, por la simple razón de que viven en calles de tierra que, bajo estas circunstancias, se convierten en lodazales casi imposibles de atravesar a pie o en automóvil.

Aquí volvemos a una crítica que ya hemos señalado en otras ocasiones. Aunque es cierto que se han realizado obras en los últimos años —en gran medida gracias a los recursos enviados por Nación y Provincia, que al igual que los municipales, provienen del bolsillo de los contribuyentes y no de los funcionarios, como suelen sugerir sus discursos y propaganda—, los asfaltos no han sido la prioridad. Si lo hubieran sido, hoy el distrito estaría prácticamente asfaltado de punta a punta.

Se optó por priorizar otras acciones, algunas destinadas a captar votos, otras a demostrar la supuesta presencia de un Estado activo, y otras, simplemente, por pura demagogia.

Entre las acciones que impidieron destinar más fondos a asfaltos y conservación de calles se encuentra el crecimiento desmesurado de la planta de personal municipal; la contratación de cantantes con cachets millonarios; la presentación de la primera (y única) función «Pet Friendly de Latinoamérica», con figuras no precisamente económicas (Moria Casán, Carmen Barbieri, Flavio Mendoza, Alex Caniggia, etc.); la impresión de costosas revistas de propaganda; la instalación de cartelería municipal por doquier; la existencia de 13 secretarías y una larga lista de funcionarios; y una cantidad indeterminada de vehículos municipales cuya necesidad real genera grandes dudas. Estas son algunas pruebas concretas de un Estado desmesurado, que limita los fondos para mejorar y hacer transitables las calles del distrito.

Mientras el Estado gasta y malgasta, miles de vecinos deberán arreglárselas como puedan durante esta tormenta de Santa Rosa y todas las lluvias que sufrimos a lo largo del año.