Tala de árboles en la Reserva Natural de Ingeniero Maschwitz motivó reunión de alto nivel

La polémica desatada por la reciente tala de árboles en la Reserva Natural de Ingeniero Maschwitz, prevista para albergar un Centro de Adopción de Animales de Compañía promovido por la Municipalidad, llegó a un punto crítico ayer. Altas autoridades municipales y unos veinte representantes de entidades locales se congregaron en un aula del Polo Educativo de Escobar (PES) para abordar las crecientes críticas de la comunidad.

La presencia del Secretario General de la Municipalidad, Carlos «Beto» Ramil, la Secretaria de Planificación Territorial y Espacios Públicos, Verónica Sabena, y la Presidenta del Concejo Deliberante de Escobar, María Laura Guazzaroni, indicaba un intento político por mitigar las consecuencias de una acción ya irreversible.

La convocatoria fue impulsada por una contundente carta recibida en el Concejo Deliberante, elaborada por una integrante de la Entidad Amigos de la Reserva Natural de Ingeniero Maschwitz y difundida por el Periódico El Cazador.

La concejal Guazzaroni se mostró sorprendida y guardó silencio cuando una de las asistentes le recordó una promesa previa: «Nos prometiste que aquí dentro (por la Reserva Natural) no se tocaría más nada».

Mientras Sabena parecía estar familiarizándose con el tema, Ramil, mano derecha del intendente Sujarchuk, intentaba justificar la situación mientras revisaba en su celular los planos del proyecto en cuestión.

Los vecinos expresaron su preocupación acerca de la necesidad real de construir el Centro en un área que alberga el único monumento histórico nacional de Escobar. Cuestionaron especialmente la justificación de talar los árboles, a pesar de la afirmación de Sabena de que estos representaban un peligro debido a su estado hueco, algo que la imagen que encabeza este artículo parece contradecir.

En términos políticos, Ramil defendió la iniciativa oficial utilizando argumentos similares a los que Sujarchuk emplea habitualmente para contrarrestar las críticas al avance urbano sobre la naturaleza. «No representan a todos (los presentes en el encuentro), hay quienes apoyan estas intervenciones urbanísticas», afirmó, subrayando la necesidad de avanzar con proyectos como este Centro de Adopción de Animales y otras iniciativas en la región, como un corralón en la ruta 25, también objeto de controversia entre los vecinos.

Las puertas quedaron abiertas y Ramil se comprometió a participar en una nueva reunión, pautada para el 25 de julio a las 18 horas, nuevamente en el PES.

«Lo positivo fue que la municipalidad pudo ver que a pesar de pertenecer a grupos diferentes, todos coincidíamos en el destrato por parte de ellos. Fue para mi muy importante la participación de todos los que fuimos porque nos mostró que no estamos solos, fue para mi motivador para seguir con nuestros reclamos», sostuvo la representante de una de las entidades ambientalistas.

«No podemos bajar la guardia, ya que ellos son políticos por cuatro años y nosotros, vecinos, lo somos de por vida», concluyó una mujer mientras conversaba con otra al finalizar el encuentro.