Puente de Loma Verde: «Cuando los vecinos participan y se unen, las soluciones aparecen»

Los políticos suelen hablar de “la voz del pueblo” o de “la fuerza del pueblo”. Lo hacen, muchas veces, con tono populista y demagógico. Porque, en el fondo, muchos de ellos le temen profundamente al verdadero poder de una comunidad que se organiza, que actúa unida para defender un proyecto o cuestionar una decisión del gobierno. Para quienes están en el poder, no hay pueblo más cómodo que uno disciplinado, callado y obediente. Así, los gobernantes pueden avanzar con decisiones que, a veces, benefician al conjunto, pero que muchas otras responden únicamente a los intereses de esa tan mentada “casta”.

Ayer informábamos que se modificaba el sentido de circulación en el puente de Loma Verde. A simple vista, una noticia menor. Sin embargo, la gacetilla de prensa emitida por la Municipalidad contenía un dato revelador: “Este cambio surge a partir de un pedido del Consejo Vecinal de Urbanismo de Loma Verde a Vialidad Nacional y a la empresa concesionaria Autopistas del Sol (AuSol), para encontrar una solución a los embotellamientos que se generaban en el único puente que conecta Loma Verde con la autopista Panamericana».

Es decir, no fue la Municipalidad, ni el Concejo Deliberante, ni ninguna dependencia gubernamental la que solicitó este cambio. Fueron los propios vecinos quienes, actuando de manera conjunta y directa, lograron que una necesidad concreta fuera atendida. Lo destaca Osvaldo, en un mensaje dirigido al Periódico El Cazador: «Gracias a los vecinos que juntaron las más de 600 firmas y con ellas pudieron presionar a las autoridades».  Y Myriam va aún más allá al señalar: “Es una muestra de que cuando los vecinos participan y se unen, son escuchados y las soluciones aparecen, como en este caso, con algo tan simple como un cambio de sentido. Felicitaciones”.

La voz del pueblo no debe ser sólo un eslogan, podría decirse. O como reza aquella consigna, tantas veces coreada en marchas y actos: “El pueblo unido jamás será vencido”. La frase, que se cree fue pronunciada por primera vez en los años cuarenta del siglo pasado por un político colombiano, encierra una verdad profunda: cuando la comunidad se organiza, cuando deja de esperar pasivamente y se transforma en protagonista, las cosas empiezan a cambiar.

Muchas veces hay que eludir a los funcionarios, sortear la burocracia y hacer oír la voz colectiva. Petitorios, notas, mensajes, manifestaciones: todo suma. Todo sirve para recordarles a quienes gobiernan que existimos, que no sólo tenemos “voto” sino también voz, criterio y la lucidez suficiente como para no creer ciegamente en cada argumento oficial que nos pretenden vender.