Nuestras calles

Arreglos negativos y hábitos desaprensivos

Me ha dado mucha satisfacción constatar que en el último número del periódico impreso El Cazador (octubre 2020) se hace destacada mención en más de un lugar a la problemática del deterioro de las calles de nuestro querido pero descuidado barrio y, sobre todo, al contraproducente, mal llamado, arreglo con el que nuestra UGC pretende conformarnos periódicamente.

Con palabras muy precisas se sintetiza a la perfección el asunto que nos preocupa y afecta especialmente a muchos habitantes sensibilizados con el tema.

Agradezco a la redacción del periódico por hacerse eco de este tema con la apropiada calidad periodística que caracteriza dicha publicación.

Guardo esperanzas que, a través de la difusión seria y objetiva del problema, los responsables de planificar y ejecutar próximas obras en arterias dentro de El Cazador (mejorados efectivos, empedrados duraderos o pavimentados definitivos…) tomen real conciencia de los efectos negativos que producen sus negligentes intervenciones, de cortísima vida, insalubres y agresivos contra el entorno natural, y eviten así futuros derroches innecesarios de recursos por falta de sentido común.

Reproduzco libremente algunos pasajes, extraídos del diario El Cazador y de comentarios de vecinos, muy gráficos y elocuentes que describen la situación:

…calles destruidas y precariamente cubiertas con lo que llaman estabilizado (de dudoso origen), proceso altamente promocionado políticamente pero totalmente ineficaz y perjudicial para la higiene de los hogares y la salud de los habitantes por el polvo que levantan los vehículos que transitan por esas arterias aún a bajas velocidad.

…desprolijidad de las arterias, muchas de ellas deformadas y desalineadas, a raíz del intento de los automovilistas de circular por veredas y banquinas para evadir los baches y retardadores, arruinando inescrupulosamente césped, plantas y canteros de veredas y banquinas verdes.

….Calles como Lincoln o Miguel Ángel se transformaron innecesariamente en avenidas, lejos del espíritu de un barrio parque (que ojalá nunca se lo descategorice de dicha preciada condición). Arterías que fueron mejoradas con piedritas y tosca sucia cubriendo un ancho desproporcionado. Un despilfarro de dinero, una agresión a los frentistas y a la estética general de nuestro preciado hábitat barrial.

…Arruinan nuestras calles que con mucho esfuerzo cuidamos los vecinos procurando mantener el paisaje de urbanización natural que caracteriza desde siempre a El Cazador. La municipalidad que nos tiene abandonados históricamente, nos regala repentinamente un nefasto “arreglo” de calles que además de su inutilidad y consecuencias negativas para los frentistas y peatones, no dura más que unos meses derrochando así nuestros recursos y postergando para siempre toda mejora definitiva y acorde a las tasas municipales que pagamos.

Con menos política pequeña y algo más de buen gusto y sentido de la estética, criterio técnico y en especial empatía hacia los que vivimos y queremos este barrio, podríamos tener un El Cazador más placentero, agradable y armonioso con el medio natural.

Ing. Martín Schopflocher