¡Lograron su objetivo!

La habilitación de una sala de bingo en el municipio de Escobar se aprobó esta mañana —tal como se esperaba— con el voto favorable de los concejales oficialistas, a quienes se sumaron Griselda Romariz de Aristi, de Unión Liberal, y Leandro Goreyesky, presidente del bloque de Juntos por el Cambio y «autor» del proyecto, que ha generado especulaciones sobre los términos de su probable negociación con Sujarchuk para liderar una iniciativa tan polémica.

La sombra de Sujarchuk en cada decisión

Aunque ausente durante el debate, el jefe comunal dejó su huella. En Escobar, pocas cosas se hacen sin la venia de Sujarchuk, y esta no fue la excepción. Sin embargo, en esta ocasión, optó por mantenerse al margen de los reflectores, quizás para evitar el desgaste político asociado a una medida que, desde el principio, se preveía controvertida.

Por otro lado, la comunidad, que no tuvo voz ni voto en la decisión, intenta imaginar qué impacto tendrá esta nueva sala de bingo en la identidad de Escobar.

Dos megaobras y un legado en cuestión

El bingo se suma a otra gran polémica: la construcción de una alcaidía en el corazón de Belén de Escobar. Ambas obras reconfiguran la gestión de Sujarchuk, contrastando con proyectos más claros y necesarios que caracterizaron las primeras etapas de su mandato.

Si bien el intendente ha cultivado una imagen de liderazgo sólido, sustentada en una estrategia de marketing eficiente, estas dos megaestructuras amenazan con poner en jaque ese legado.

Una vez más, la política local —con sus acuerdos y maniobras, a menudo opacos para los vecinos— se impone en Escobar, dejando en el aire preguntas sobre el futuro del municipio y el costo de estas decisiones para su comunidad.