Lluvia y abandono: Escobar vuelve a inundarse
La lluvia del fin de semana volvió a convertir parte del distrito en una inmensa pileta. Mientras el municipio atribuye el fenómeno a la crecida de los arroyos y al «caudal proveniente de municipios vecinos, aguas arriba», los vecinos apuntan a la falta de limpieza de sumideros, zanjas y desagües como la verdadera causa.
«Cada vez que llueve fuerte, la calle, la zanja, la vereda, el patio y la galería se inundan hasta los tobillos. Y si no nos apuramos a poner ladrillos y arena en la puerta de la cocina, el agua entra a la casa… Todo porque los caños del cruce de calles en la esquina de mi casa están completamente tapados y rotos, y el agua de la zanja no fluye de un lado a otro», cuenta Nancy, vecina de Belén de Escobar. Su indignación crece al recordar la respuesta que ha recibido tras años de reclamos: «Creo que llevo al menos siete años pidiendo una solución, y jamás vinieron».
Otros vecinos cuestionan la política ambiental del municipio con frases como: «Sigan rellenando humedales y tomaremos agua de parados» y «Sigan poniendo cemento y sacando árboles… ¡genios!».
En los últimos años, y tal como reconoce el propio municipio, ha aumentado la presencia de microbasurales, que —según afirman desde el gobierno local— «se forman por la imprudencia de quienes arrojan residuos de manera irresponsable». Es cierto, pero, ¿por qué este problema se ha agravado recientemente? ¿Acaso el Estado bajó los brazos? ¿Es más permisivo? ¿No hay suficiente personal para controlar y erradicar esta práctica?
Escobar parece estar convirtiéndose en un lugar cada vez más difícil de habitar. Baches, suciedad, zanjas, basurales y, ahora, inundaciones constantes se suman a los problemas cotidianos de los vecinos.
Tal vez ha llegado el momento de que el intendente deje de concentrarse tanto en su proyecto político —que, sin duda, le exige tiempo, trabajo y dedicación— y empiece a atender los problemas que realmente afectan a la comunidad.
Es hora de que los altos funcionarios dejen de soñar con nuevos cargos en la gobernación o en la presidencia y se enfoquen, con decisión y eficacia, en gestionar la realidad local.
Sres es simple, dejen de rellenar los humedales ( construcciones de barrios cerrados ) y el agua escurrirá con su curso natural hacia esos espacios que hace años la naturaleza brinda al Partido y que están para eso. Reservorios naturales de agua y son filtros del escurrimiento hacia el Río Luján y las napas de agua.
Obviamente también están faltando acciones de limpieza.
Lluvia, abandono y vecinos mugrientos que arrojan toda clase de residuos por todas partes. Digamos todo.