Limpieza urbana: ¿Podemos ganarle a la suciedad?

Muchos vecinos coinciden en señalar que el Partido de Escobar está inundado de suciedad. Dondequiera que uno mire o camine, la presencia de basura es ineludible, en mayor o menor grado. Lo cierto es que, en muchos otros municipios, incluso vecinos de Escobar, la situación no es tan alarmante.

Es evidente que hay quienes arrojan residuos de toda índole en calles, veredas, plazas, arroyos y descampados, dejando un rastro de desidia y falta de respeto.

¿Cómo combatir esta actitud irresponsable? El tan proclamado «Estado presente» del intendente muestra aquí una notable ausencia.

No se observan campañas efectivas de concientización, ni advertencias claras, ni sanciones que sirvan de ejemplo. Tampoco hay brigadas de limpieza que, con constancia y compromiso, velen por el orden y la higiene urbana.

La limpieza es contagiosa, pero la suciedad también lo es. Quien camina por calles impecables siente el impulso de preservarlas; en cambio, quien transita entre montañas de basura suele añadir su propio desecho al paisaje.

El intendente, ocupado en recorrer el mundo en busca de inspiración y conocimientos sobre gestión pública, parece haber pasado por alto este problema en su propio distrito.

La basura que abunda en Escobar no solo refleja la falta de criterio de algunos, sino también el desinterés de las autoridades por ofrecer un entorno digno que fomente el bienestar y la calidad de vida.

No obstante, este panorama desolador puede revertirse. Con voluntad política y esfuerzo colectivo, es posible desplegar batallones de limpieza, lanzar campañas educativas y aplicar sanciones ejemplares. Porque toda transformación comienza con decisiones concretas y un compromiso genuino con la comunidad.