«La inclusión para ellos es que las palabras finalicen con la letra e»

La queja de una mujer sobre el funcionamiento de un edificio municipal causó hoy gran repercusión. «Cómo es posible -preguntó la vecina- que en la oficina de Prevención que queda en el mismo lugar que el registro civil, funciona en el mismo edificio, solo tengas escaleras para ir al primer piso donde vas a arreglar temas de «supuestas multas», porque ahora te hacen multa hasta x sacarte los mocos en el semáforo. No tengan ni rampa ni ascensor. Si no podés subir, baja la empleada. Todo bien pero pregunto, ¿dónde está la inclusión? Vos tenés que exponer tu caso frente a 20 personas. ¿No pueden poner una oficina en planta baja para «ciertos casos»?

Una de las respuestas ahondó en la problemática de la inclusión en Escobar: «La inclusión en Escobar es una pantomima como muchas otras cosas. Justamente pensaba algo similar a lo que planteás hoy cuando al pasar por la calle Mateo Gelves, fiesta de la flor, camino al colegio de mi hijo, y vi a una mamá con dos nenas, una de ellas con discapacidad en silla de ruedas. Transitando con mucho esfuerzo por esas veredas prácticamente inexistentes. Y me pregunté lo mismo. ¿Dónde está la inclusión?». Otros vecinos agregaron lo siguiente: «Después de ver los accesos de las bajadas para discapacitados del centro, no me sorprende!»; «Es un edificio que debe tener 40 o 50 años, en esa época no se hablaba de inclusión, tan solo te «arreglabas», todos nos conocíamos y a veces ni tenías que ir, pasaba el empleado por tu casa… todo cambió y sí, el edificio no es apto por su antigüedad y por la imposibilidad de adecuarlo, no queda otra que el empleado baje»; «La inclusión para ellos es hablar con la «E»; «Es el país inclusivo, según ellos». Las reflexiones y los comentarios continuaron un buen rato al igual que las críticas por la falta de infraestructura adecuada en el distrito.