Inauguraciones de lujo… pero con detalles incómodos

En los últimos tiempos, la ciudadanía de Escobar parece haberse acostumbrado a las inauguraciones con todo el glamour posible: escenarios imponentes, cintas de colores y palabras grandilocuentes de los gobernantes. Sin embargo, el brillo y los aplausos a menudo esconden pequeños detalles.

Un ejemplo reciente nos lo trae una vecina que, con una pregunta tan simple como incómoda, ha destapado una serie de curiosidades sobre las oficinas públicas del distrito. «¿Cómo puede ser que la Fiscalía, inaugurada hace dos meses con bombos y platillos en Cervantes y Felipe Boero, no tenga un baño para los que van allí?». La autora de esta pregunta es una comerciante de la zona, que ha tenido el «honor» de prestar su baño a los visitantes de la Fiscalía, ya que el único disponible es de uso exclusivo del personal. «¡Es una vergüenza!» fue su lapidaria conclusión.

Y si parece que la historia termina ahí, se equivoca. Resulta que el personal tampoco la tiene fácil: «Tienen que llevar su propio papel higiénico y comprar el agua entre ellos», comentó otra vecina entre risas nerviosas.

«Para la inauguración cortaron las calles, montaron un escenario… y ahora me contás esto. Parece que hay plata para las luces y las fotos, pero para los baños, nada», agregó otra vecina con una mezcla de asombro e indignación.

La cosa no se queda solo en la Fiscalía. Al parecer, es una tendencia. «No hay baños en los registros del automotor y tenés que esperar dos horas y media para hacer una transferencia», comenta otro vecino. «Y ni hablemos del fabuloso Banco Provincia. ¡Mi madre sufría tanto que salía corriendo al Coto!», agregó.

Lo cierto es que, en medio de tanto lujo y despilfarro en los edificios públicos, parece que algo tan básico como un baño para la gente sigue siendo una asignatura pendiente. Porque, como bien dijo una vecina indignada: «Gastan tanta guita en esos edificios lujosos, pero no tienen un mísero baño para los que hacemos la fila». Y es que, al final del día, entre el esplendor y la realidad, siempre hay detalles que no pasan desapercibidos… sobre todo cuando hay necesidad de un baño.