Mucho ruido en la apertura, pocas nueces en los hechos
Hace un año, en un acto solemne, una multitud de autoridades provinciales y municipales, encabezadas por el gobernador Kicillof, el intendente Sujarchuk y la presidenta del Concejo Deliberante, celebraron la inauguración del Jardín de Infantes 930 en el barrio 1° de Julio, en la localidad de Matheu.
Decía entonces Sujarchuk: «En momentos donde el rol del Estado está tan cuestionado, nosotros reafirmamos que si el Estado provincial no estuviera presente hoy no inauguraríamos el Jardín de Infantes… La base de nuestro país es la noble igualdad, y eso solo se logra con el derecho a la educación, a la salud, a una vivienda digna y al trabajo garantizado».
Más alharaca, imposible, pensaron algunos de los presentes, satisfechos en el fondo porque, claro, la inversión en educación siempre es bienvenida… aunque la alabanza pareciera un poco desmesurada.
Sin embargo, la alegría inicial se desvaneció rápidamente debido a un detalle incómodo: las obras, inauguradas con bombos y platillos, presentaban múltiples deficiencias.
«Un año después de la inauguración, en nuestro querido jardín 930, los niños no podrán comenzar las clases debido al estado del techo. En el jardín llueve más adentro que afuera», lamentó una señora, visiblemente indignada, aunque tal vez no tan sorprendida, considerando el historial de las promesas incumplidas que los políticos regalan año tras año.
«Muchos recordarán la movida de Matheu, el día de la inauguración, cuando se alistaron para recibir a quienes iban a asistir», agrega la vecina, dándole un giro irónico al panorama, porque a pesar de que el Estado supuestamente pagó por una escuela funcional, «los niños no pueden consumir el agua ya que no está la habilitación para el consumo. Agua que los papás (sin quejarnos) pagamos para que ellos no pierdan las clases y tengan su merienda..».
Y si eso no fuera suficiente, la señora continúa: «El techo ya nos supera ya que es algo que nosotros no podemos solucionar… Los papás y directivos solucionamos varias cosas. Artículos de limpieza, los 3 juegos que les pusieron a los niños estaban mal colocados y recién a mitad de año pudieron usarlos, ya que papás y directivos los cambiaron de lugar porque donde estaban no se podían utilizar.. «.
Finalmente, con un tono que mezcla la esperanza con la resignación, la vecina lanza su mensaje dirigido a quienes hace un año se dieron el lujo de protagonizar aquella fiesta de inauguración: «Espero que se muevan un poco los que tienen que moverse y solucionen los problemas del jardín, ¡porque para el día de la inauguración no faltó ninguno de los que ahora no dan la cara!»
Qué tristeza!!! Una vez más queda a la vista el maquillaje barato que venden los funcionarios. Ja! Rio por no llorar, que usen la educación y sobre todo las ilusiones de niños, padres y docentes.
Lo peor que ponen en riesgo la vida de los niños y el personal por obras mal hechas o terminadas a medias. Todo por una foto política!!! ¿Cuesta tanto hacer bien las cosas? ¡No! ¡Que Dios y la sociedad los condenen!