Garín llora la trágica muerte de una joven vecina

Después de la confirmación de los peritos forenses de que el cuerpo calcinado encontrado en Garín hace cinco días pertenece a Micaela Medina, una joven de 25 años residente en el barrio Villa Angélica de dicha localidad, quien murió tras sufrir una golpiza y cuyo cadáver fue hallado en un terreno baldío (ver fotografía), la consternación y el dolor en su familia, amigos y la comunidad en general fueron inmensos. «Todo el barrio está de luto», fueron las emotivas palabras de una amiga de la infancia, quien expresó no comprender por qué existen personas tan malvadas y añadió: «Hoy le tocó a ella, mañana podríamos ser cualquiera de nosotras.»

El terrible y cruel episodio desencadenó múltiples declaraciones de vecinos cansados de la inseguridad que afecta a Garín, y la sospecha de que las cámaras de seguridad del Municipio no estarían operando completamente.

«Garín es tierra de nadie,» afirmó un residente. «Todas las villas que sacaron las mandaron ahí, la Malaver sobre todo»; «¿No hay nadie que haya visto nada? ¿No hay cámaras? ¿Imágenes dudosas de algún sujeto que haya estado por ahí dando vueltas? ¿Ninguna cámara captó nada?»; «¡Garín está llena de cámaras por todos lados! Que encuentren al responsable de esta injusticia, de este crimen, de este asesinato. Siendo que Garín está rodeado de cámaras, todavía no ha salido a la luz quien se creyó dueño de la vida de Micaela Medina»; «La mayoría de las cámaras no funcionan, pero alguna pienso que detectó algo»; «¿Dónde está el intendente que no sale a ayudar a la familia, o los representantes políticos que no piden justicia? La chica fue prendida fuego y nadie es capaz de decir nada. Después se lavan la boca y dicen que ayudan a los vecinos, ¡caraduras!»; «Queremos un Garín mejor para todos, que el intendente esté presente en todos los reclamos que se le piden día a día. ¡Seguridad, atención como la gente, calles con luminarias, seguridad!», fueron algunos de los testimonios de indignación y tristeza de una comunidad que vuelve a lamentar un crimen, en este caso el de una joven que tenía toda una vida por delante.