¿Estudiante evita matanza?

Por D. Luzuriaga, docente domiciliado en Escobar

Mediante esta nota quisiera homenajear al alumno Jeremías por haberse atrevido días atrás a  ejercer en los hechos su defensa del libre espíritu educativo frente al avasallamiento ideológico que pretendía imponerle su profesora de Historia mientras de modo impertinente buscaba adoctrinar al joven y a toda su división, aunque lejos de esgrimir cualquier argumento sino por medio de una catarata de injurias e improperios.

El repudio a esta bajada de línea sectaria y grosera por parte de la profesora -cuyas evidencias se hicieron públicas al quedar filmadas dentro del aula- ha sido casi unánime, inclusive cundió el rechazo entre las filas del peronismo donde el propio ministro de Educación y los precandidatos a diputados bonaerenses tomaron prudente distancia del accionar de la docente y no tuvieron alternativa sino criticar estas deplorables actitudes por parte de L. Radetich, del todo calificada para compartir podio con docentes oficialistas de la talla de R. Baradel y L. D´Elía. En medio de la campaña electoral, varios funcionarios y candidatos salieron prestos a diferenciarse de los abusos de esta patotera puesta a pedagoga, dando a entender (¿?) que su histórico movimiento ha sido siempre respetuoso de la discrepancia y la diversidad académica y distante de toda prepotencia partidaria, por lo cual no logran explicarse por qué Razón en la Vida de la Escuela Técnica N2 “María Eva Duarte” del barrio de Ciudad Evita, distrito de La Matanza, ocurrió semejante despropósito tan contrario a su tradición pluralista, como si algo pudiese existir más ajeno al totalitarismo que el Frente de Todos.

Acto seguido, la precandidata a diputada por el partido de gobierno, V. Tolosa Paz, de reciente visita en Escobar, dio prueba de su compromiso con la excelencia educativa al proferir: “En el peronismo siempre se garchó”, trazando así erudita correlación entre el gobierno de turno y la libido popular, fórmula de cuño peronista donde la multiplicación de los planes AUH junto a los penes de madera cumplen acabados roles en la capacitación y formación de les estudiantes.

En una Argentina donde millones de alumnos de todos los ciclos fueron despojados –algo sin antecedente en la Historia nacional- del derecho de concurrir a sus aulas por espacio de dieciocho meses, so pretexto de la pandemia, este revelador incidente en la citada escuela tiene todos los ingredientes como para convertirse en caso paradigmático que abra los ojos de la ciudadanía y que exponga la actual degradación de la enseñanza, que pone en riesgo la propia supervivencia de una educación en nuestro país digna de tal nombre, agobiada como está por las embestidas del fanatismo político, la grotesca promoción de la ignorancia y el afán de manipulación por parte del aparato gobernante.

Y como no podía ser de otra manera, nuestro dicharachero presidente Alberto Fernández hizo gala de su particular criterio al afirmar que los gritos hacia los alumnos y los indiscriminados insultos proferidos por  la profesora Radetich no eran otra cosa que “un debate formidable” que “les abría la cabeza” a los prejuiciosos adolescentes, incapaces de captar las virtudes y bonanzas del partido de gobierno por causa de la maliciosa prédica de los medios de prensa. Una vez más Alberto F. dio prueba de su magnanimidad al defender el estilo de la docente cuestionada, sin importarle al Presidente que la misma profesora lo hubiese tratado de “boludo” en uno de sus pasionales mensajes en la web, donde asimismo les deseó a los cordobeses una bomba de neutrones por no votar mayoritariamente al kirchnerismo.

Teniendo en cuenta el masivo deseo criminal manifestado por la docente en su publicación, tal vez no sea exagerado afirmar que el estudiante Jeremías con su lucidez, aplomo y desenvoltura sumado a la cohesión de sus condiscípulos que derivaron en la justificada suspensión de la profesora militante muy posiblemente haya evitado una matanza de proporciones.