Espinoza y Sujarchuk rumbo a Barcelona: «¡El loco nos tilda de ‘casta’!»

Ambos llevaban anteojos oscuros y caminaban disimuladamente por el aeropuerto con la cabeza baja. Parecían extraños, ignorándose hasta que, en el VIP de Ezeiza, intercambiaron un saludo furtivo. Una hora después, ya acomodados en primera clase junto a su séquito de familiares, asesores y alguna figura de incierta procedencia, comenzaron a charlar, alejados de los pasajeros comunes y corrientes que, sin los recursos para evitar la clase turista, nunca sabrían qué secretos compartían estos dos políticos.

“Ariel, muchacho, ¿cómo andás? ¿Qué hacemos con este quilombo ahora que el loco nos tilda de ‘casta’? ¡Por favor que no nos reconozcan!”, exclamó asustado Fernando Espinoza, intendente procesado de La Matanza.

“Estamos cada vez peor, Fernando. A mí ya me apuntan de todos lados por  mis espectáculos musicales, la visita de Mirtha y Susana, mis funcionarios, mi Estado Presente. ¿Por qué no se van a la mier…?”, respondió serio y enojado Sujarchuk.

Así transcurría, en la imaginación de quien esto escribe, el diálogo entre Espinoza y Sujarchuk. Dos “compañeros” de ruta, rumbo a la Smart City Expo World Congress en Barcelona, el mayor congreso de innovación urbana y ciudades inteligentes del mundo, donde del 5 al 7 de noviembre, líderes de empresas, gobiernos y organizaciones globales se reunen para intercambiar ideas y acciones «en pro de la sostenibilidad y la inclusión».

Sujarchuk, antes de partir y anticipándose a las críticas, aclaró rápidamente que “el viaje no implica ninguna erogación para la Municipalidad, ya que todos los costos fueron cubiertos por los organizadores del evento”. Lo único que no aclaró fue quién cubría los gastos del secretario general de la comuna, «Beto» Ramil, que lo acompaña en esta agradable y distendida gira. Tampoco hubo mención de si, además, percibirían algún pago extra del  municipio por «gastos de representación».

El caso de Espinoza es algo más complicado y turbio: procesado por presunto abuso sexual, tuvo que pedir permiso a la Justicia para poder salir del país entre el 31 de octubre y el 9 de noviembre. Un juicio oral lo espera, y sus propios compañeros de partido parecen mantener distancia. ¡Salvo, tal vez, en el VIP de Ezeiza y en el avión! Para colmo, la Asociación para la Libertad, Compliance y la Lucha contra la Corrupción solicitó detalles del viaje: propósito, itinerario, costos, financiamiento, beneficios esperados para el municipio, y la lista de acompañantes.

Sujarchuk, en contraste, tuvo más suerte. Nadie objetó su salida, ni surgieron preguntas incómodas sobre los fondos del viajecito.